Lunes de esta semana a medianoche. El Mago Albert finaliza un show en un hotel del Passeig de s'Arenal en Sant Antoni de Ibiza y se dispone, junto al resto de su equipo, a guardar todo el material en su furgoneta, rotulada con el nombre de su empresa: Shows Ibiza.

Al acercarse al vehículo se encuentra con que una pareja de turistas está practicando sexo en la acera y el joven apoyando sus pies en el coche.

"Fue algo que me sorpendió muchísimo. Me dio vergüenza ajena y llamé a un compañero para que me acompañase hasta la puerta lateral del vehículo. Nos sabía si estaban borrachos y se iban a poner violentos...", explica el mago a Diario de Ibiza.

Una vez superada la vergüenza inicial, Albert Colomer se dirigió a la pareja: "Vosotros seguid disfrutando, como si nosotros no estuviésemos. Pero necesitaría que quitaseis los pies de la puerta, porque tengo que abrirla para meter los altavoces. Ella dijo 'ay, qué vergüenza' -en inglés- pero ninguno dejó de hacer lo que estaban haciendo", añade entre carcajadas.

Tal y como explica este magnífico testigo de excepción, incluso le acercó a la chica su ropa y el teléfono móvil, que se encontraba a unos metros de ella "porque en esa zona a esa hora estaba convencido de que se lo acabarían robando todo".

La escena no pasó desapercibida entre quienes residen en los edificios cercanos o paseaban por la zona. "Hubo un momento en el que más de media docena de móviles estaban grabando. A mí no se me ocurrió hacerlo, la verdad es que me dio vergüenza. Me hubiera sentido como un voyeur", dice el Mago Albert.

Un mago de fuera de la isla justamente le había acompañado para presenciar el show del artista ibicenco. "El mío y el de la pareja. Se quedó alucinando. Con ambos", explica.