Hay turistas que no esperan llegar a la playa para darse un baño. Esta viernes por la mañana, un joven extranjero aceptó el desafío de sus compañeros y se dio un chapuzón en una fuente del aeropuerto de Palma.

La escena fue grabada por un trabajador que pasa cada día por Son Sant Joan. “Resulta que entre ellos se jugaron una apuesta de 50 euros de que si se atrevía a nadar se lo pagaba uno al otro y así lo hizo”, relata el testigo de este nuevo espectáculo del “turismo borrachera”.

Ante el reto de sus colegas, el joven que acababa de aterrizar en Mallorca se queda en bañador y sin soltar su cigarrillo se tira a la fuente simulando que nada en una piscina. Entre las risas de sus amigos, al salir del agua trastabilla con el borde y se salva de una caída que podría haber terminado en el hospital.