Una familia se encontraba en Isla Guadalupe, al oeste de Baja California, disfrutando de un viaje en barco en el que los turistas pueden bucear dentro de una jaula y ver de cerca a los tiburones, cuando de repente uno de estos animales, un blanco de unos cuatro metros, apareció dentro de la misma.

En ese momento, un submarinista se encontraba dentro de la jaula. De manera inteligente, el buzo logró colocarse en el fondo de la jaula y esperó a que el tiburón estuviera fuera para escapar.

Por suerte para los presentes, no se trataba de un tiburón excesivamente agresivo. El animal solamente trataba de coger un trozo de atún que estaba atado a una cuerda para atraer a los escualos.

Cuando a este tipo de tiburones se les lanza comida y la prueban, se ciegan temporalmente y no pueden nadar hacia atrás. Probablemente esa fuera la causa de que se quedara atrapado en la jaula y empujara hacia delante, rompiendo así la puerta de la misma.