Cuando hablamos de diabetes todos la relacionamos inmediatamente con un exceso de los niveles de azúcar en sangre. Y sabemos también que es una patología que si no se vigila y controla puede tener complicaciones graves como infartos, ceguera o accidentes cerebrovasculares.

Pero no son las únicas complicaciones. La Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) advierte de la fuerte relación que existe entre la diabetes y las enfermedades renales. Tal es así, que la S.E.N señala a esta patología como la principal causa de insuficiencia renal y de necesidad de Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS), es decir, diálisis o trasplante, en España.

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Además, la diabetes se ha convertido en la primera causa Enfermedad Renal Crónica (ERC) en la última década. Y según el Registro Español de Enfermos Renales (REER) en el año 2020, el 26% de los nuevos casos de pacientes con ERC que iniciaron diálisis o trasplante España, es decir, más de 1.700 personas, fue debido a la diabetes.

La enfermedad renal diabética es aquella que sufren los pacientes con diabetes y que incluye entre sus complicaciones más relevantes la enfermedad renal. Es especialmente habitual entre los pacientes de entre 65-74 años, que representan 35% de los casos, y entre los de 45-64 años, un 32%.

Hasta un 30-40% de los pacientes con diabetes tipo 2 pueden desarrollar enfermedad renal diabética, que puede llegar a requerir un tratamiento renal sustitutivo, lo que motivado que haya sido considerada por el Ministerio de Sanidad como una de las patologías crónicas de preferente atención por el Sistema Nacional de Salud.

Diagnóstico y tratamiento de la enfermedad renal diabética

“El diagnóstico de ERC en la diabetes es sencillo y al alcance de todos, con una muestra de sangre para determinar la creatinina y estimar el filtrado glomerular, y con una muestra de orina para la determinación del cociente albúmina/creatinina podemos diagnosticar o descartar la existencia de enfermedad renal en un diabético», explica la presidenta de la S.E.N., la doctora Patricia de Sequera.

Además, «diferentes estudios y ensayos clínicos desarrollados con nuevos fármacos en los últimos años han confirmado que la progresión de la enfermedad renal diabética puede enlentecerse, y que su tratamiento con estas terapias implica importantes ventajas no sólo para frenar la progresión de esta patología, sino también para mejorar los diagnósticos de los problemas renales y cardiovasculares en los pacientes renales con diabetes», añade

1 de cada 4 pacientes en diálisis o trasplante tiene diabetes

«La diabetes asociada a la enfermedad renal crónica es uno de los problemas de salud con mayor impacto en nuestra sociedad en la actualidad. Uno de cada cuatro pacientes que empiezan diálisis o trasplante en España lo hace como consecuencia de esta patología. Además, en los últimos 10 años la tasa de prevalencia de la diabetes como causante de la Enfermedad Renal Crónica ha crecido un 17%. De ahí la importancia de concienciar sobre un manejo intensivo, integral y multidisciplinar para la diabetes y la ERC, y, sobre todo, de fomentar iniciativas que contribuyan a su prevención a través de estrategias que promuevan un estilo de vida saludable», añade la doctora.

Un exceso de casos no diagnosticados

Estudios como el EPIRCE y el ENRICA-Renal sitúan la prevalencia de la Enfermedad Renal Crónica en España entre el 10%-15%, con un infradiagnóstico que supera el 40%, lo que ha llevado a los expertos a calificarla como la «epidemia silenciosa».

En nuestro país, unos 7 millones de personas ya tienen ERC. Su prevalencia en las fases más avanzadas de la enfermedad ha crecido en los últimos años, y concretamente aquellas que requieren un tratamiento renal sustitutivo.

El número de personas que necesitan diálisis (hemodiálisis o diálisis peritoneal) o trasplante ya supera las 1.300 por millón de población en nuestro país, situándose en 64.666 personas.

A esta preocupación del aumento de la prevalencia (número total de pacientes) de la enfermedad renal crónica se suma también el incremento de la incidencia (nuevos casos).

Y es que, según los expertos en nefrología, los datos alertan sobre un aumento del 17% de nuevos pacientes que necesitan tratamientos renales sustitutivos en tan sólo diez años.

Vida saludable

Para revertir esta situación, y controlar la diabetes y en general los factores de riesgo asociados a las enfermedades renales, la S.E.N. demanda un mayor esfuerzo en campañas de sensibilización sobre la importancia de llevar hábitos de vida saludable para la salud del riñón.

Una dieta equilibrada, actividad física, dejar el tabaco y un control de la diabetes y de la hipertensión arterial si están presentes, pueden enlentecer la progresión de la enfermedad renal hasta en un 50% y en algunos casos hasta revertir el daño.

Para prevenir y controlar la diabetes y otros factores de riesgo asociados a las enfermedades renales, la S.E.N. ofrece estas recomendaciones esenciales a la población: