Caen las temperaturas en toda la península, no tardarán en llegar lluvias abundantes, las noches refrescan con fuerza y el otoño llama a la puerta. Parece que con este panorama comenzamos a temer por la vuelta de las enfermedades típicas de la estación.

Las enfermedades respiratorias son las más frecuentes durante el otoño. De hecho, las estadísticas indican que en España 1 de cada 10 personas suele contraer gripe durante esta temporada y más de 15 millones se resfrían.

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Con este cambio en las temperaturas, que se irá notando más según pasen los días, llegarán las habituales enfermedades respiratorias: los resfriados, el asma, la bronquitis, la neumonía… y sus consabidos síntomas de todos los años, encabezados por la congestión nasal, la obstrucción respiratoria, los mocos ¡y la fiebre!

La humedad ambiental nos hace más propensos a padecer enfermedades, ya que estimula la producción de moco y aumenta la sensibilidad de las vías respiratorias, que en esta época se hacen más vulnerables.

Pero lo más temido de cada año siempre es la gripe. Y más si tenemos sobre nosotros la preocupante sombra del coronavirus.

¿Puedo tener gripe y Covid-19 al mismo tiempo?

Sí. Es posible tener gripe, así como otras enfermedades respiratorias, y COVID-19 al mismo tiempo.

Lo malo es que como algunos síntomas de la gripe y el COVID-19 son similares, los médicos podrían tener problemas para diferenciarlos sólo por los síntomas, y en algunos casos serán necesarias las pruebas de diagnóstico para determinar si el paciente está enfermo de gripe o COVID-19.

¿Cuál es la diferencia de síntomas?

La verdad es que la diferencia inicial en cuanto a sintomatología es más pequeña de lo que nos gustaría. Y aunque ambas enfermedades estén producidas por virus diferentes, el virus influenza en la gripe, que muta todos los años, y el SARS-CoV-2, lo cierto es que se pueden confundir.

Como ya es sabido, los síntomas más comunes de la Covid-19 son malestar, fiebre, tos, cansancio, dolor muscular, dolor de pecho, dolor de garganta, y a veces escalofríos y pérdida de gusto y olfato.

Cuando avanza un poco la enfermedad puede aparecer la falta de aire o dificultad para respirar.

Y en menos medida se han dado a veces náuseas y vómitos, diarreas, erupciones en la piel…

La gripe, que tenemos mucho mejor monitorizada por la cantidad de años que llevamos conviviendo con ella, suele presentar malestar generalizado, dolor muscular y de articulaciones, tos, dolor de cabeza, sensación de cansancio y a veces fatiga. Sumada a una fiebre normalmente alta, por encima de los 38 grados.

Otra cosa que es importante no confundir y que incluimos aquí porque no tardarán en llegar, son los catarros. Que normalmente presentan congestión nasal, estornudos, ojos llorosos y a veces también febrícula, más que fiebre.

Y aunque la vacunación masiva en los países más desarrollados hace que la Covid-19 tenga mucha menos incidencia y nos permita volver a la normalidad, poco a poco, la llegada de la gripe apunta a complicar mucho las cosas.

Así que lo mejor es vacunarse. Y si las personas de riesgo lo hacen a la vez que les ponen la dosis de refuerzo de la vacuna del coronavirus, sin esperar más, pues perfecto. Se pueden poner las dos a la vez.