Que la contaminación afecta de manera directa al presente y al futuro del planeta era un hecho confirmado desde hace décadas. Pero que también influye de manera directa en la memoria de los seres humanos es un descubrimiento recientemente confirmado.

Según datos del estudio realizado por investigadores internacionales de China y Estados Unidos, el rendimiento cognitivo de hombres y mujeres se reduce de manera notable tras exponerse a un aumento en la contaminación del aire.

Esa exposición constante que sufrimos a las partículas finas (PM2.5) presentes en el aire es dañina, ya no solo para corazón y pulmones, algo que se sabía, si no también para los tejidos neuronales.

Los efectos detectados por la investigación, que ha sido publicada en la revista científica Nature Aging, se confirman tras el análisis de exámenes a más de mil sujetos.

Pruebas consistentes en memorización de palabras, recuerdo de números y fluidez verbal, tras cuyo análisis se pueden vincular los niveles más altos de estas partículas finas PM2.5 con un rendimiento cognitivo más deficiente.

La contaminación del aire y sus efectos en nuestra salud

No es la primera vez que se vincula un deterioro en nuestra salud con un incremento de la contaminación.

Y no solo en lo referente a la salud pulmonar y cardiovascular, si no también cerebral.

Hasta la fecha esta relación también se había probado con la demencia e incluso con un descenso de las capacidades neuronales cuando la contaminación afecta a los más pequeños.

Así lo confirmó un trabajo dirigido por el profesor Jamie Pearce, de la Universidad de Edimburgo, quien comparó los niveles de contaminación de la última mitad de siglo con las trayectorias cognitivas a medio y largo plazo.

Es en el corto plazo donde los efectos de la contaminación son reversibles. La profesora Andrea Baccarelli confirma que “cuando la contaminación del aire desaparece, nuestro cerebro se reinicia y comienza a trabajar de nuevo a su nivel original”.

El problema y los daños irreversibles viene cuando estos sucesos se producen de manera constante y ante exposiciones mucho más elevadas. Esos daños sí que son permanentes.

El estudio que lo confirma

Existía la opinión de que esta vinculación era real, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha podido confirmar.

La manera de hacerlo ha sido a través del análisis de más de mil sujetos, varones con una edad promedio de 69 años, y residentes todos del área metropolitana de Boston.

Se analizaron las cantidades de partículas finas PM2.5, las de menos de 2.5 micrómetros de diámetro, que había en el aire a lo largo de todo un mes y posteriormente se realizaron los exámenes a los participantes del estudio.

Unas pruebas consistentes en tareas que iban desde la memorización de palabras, número y fluidez verbal y que confirmaron un efecto en la reducción de las funciones neuronales.

Qué son las partículas finas PM2.5 y qué efectos dañinos tienen

Cuando analizamos la contaminación de las ciudades nos referimos a los índices de PM, esto es, material particulado, que comprende una mezcla de partículas sólidas y gotas existentes en el aire.

Su existencia en el ambiente se da como consecuencia de la emisión a través de fuentes contaminantes como chimeneas o vehículos, y son potencialmente peligrosas.

Y lo son ya que su tamaño, 2.5 micrómetros de diámetro, permite que pueda inhalarse llegando a la profundidad de los pulmones y acabando algunas incluso en el torrente sanguíneo.

Estamos expuestos a diario a este tipo de contaminación tan dañina.

Para controlarlo se fijan unos límites, que en el caso de España se establecen en 25 microgramos por metro cúbico el valor límite de concentración anual para las PM2.5, siguiendo la línea que establece la Unión Europea.

Y los datos no muestran una realidad positiva.

Según datos previos al estallido de la pandemia (diciembre de 2019), y con ella del frenazo de los desplazamientos tras la imposición de los confinamientos masivos, hasta doce ciudades españolas rebasaban el límite, con Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao y Madrid encabezan el ranking.

Es la contaminación una de las causas principales de fallecimiento en España y en el mundo y no le hemos puesto aún freno.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística son unas 44.000 personas las que mueren cada año en España debido a la contaminación. Representa el 10,7% de los decesos totales entre los mayores de edad del país.

Nos afecta a nivel pulmonar, nos afecta a nivel cardiovascular y queda también confirmado con este estudio, cómo la contaminación influye de manera directa en el aumento de nuestro deterioro cognitivo.