Se trata de un estudio realizado con personal sanitario de los cuatro hospitales de Oxfordshire que acaba de ser publicado el día 23 de diciembre en la prestigiosa revista ‘The New England Journal of Medicine’.

Las pruebas para la realización de este estudio comenzaron al principio de la pandemia, concretamente el 27 de marzo de 2020 con el personal sintomático (considerando como tales aquellos con tos persistente, temperatura mayor o igual a 37,8 ° C o perdida de olfato (anosmia) o de los sabores (ageusia).

También se invitó a trabajadores sanitarios asintomáticos, a participar en pruebas voluntarias de PCR con frotis nasal y orofaríngeo cada 2 semanas y pruebas serológicas cada 2 meses (algunos participan con más frecuencia en estudios relacionados) a partir del 23 de abril de 2020.

En los resultados de este estudio se asegura que ¡”la presencia de anticuerpos IgG anti-pico o anti-nucleocápside se asoció con un riesgo sustancialmente reducido de reinfección por SARS-CoV-2 en los 6 meses siguientes”. Y se anima que se mantengan estudios a más largo plazo para poder asociar la inmunidad a períodos de tiempo más amplios.

Para conocer el estudio en más profundidad les hacemos una descripción más detallada del mismo.

ANTECEDENTES

La relación entre la presencia de anticuerpos contra el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) y el riesgo de reinfección posterior sigue sin estar clara.

MÉTODOS

Investigamos la incidencia de infección por SARS-CoV-2 confirmada por la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en trabajadores sanitarios seropositivos y seronegativos que asistían a las pruebas del personal asintomático y sintomático de los hospitales de la Universidad de Oxford en el Reino Unido.

El estado inicial de los anticuerpos se determinó mediante ensayos de IgG anti-pico (análisis primario) y anti-nucleocápside, y se hizo un seguimiento de los miembros del personal durante hasta 31 semanas.

Estimamos la incidencia relativa de resultados positivos de la prueba de PCR y la nueva infección sintomática según el estado de los anticuerpos, ajustando la edad, el sexo informado por el participante y los cambios en la incidencia a lo largo del tiempo.

RESULTADOS

Un total de 12,541 trabajadores de la salud participaron y se midieron IgG anti-pico.

11.364 fueron seguidos después de resultados negativos de anticuerpos y 1.265 después de resultados positivos, incluidos 88 en quienes se produjo seroconversión durante el seguimiento.

Un total de 223 trabajadores de la salud incluidos en el estudio y que fueron ‘anti-spike-seronegativos’ en el principio, tuvieron luego una prueba de PCR positiva. 100 de ellos durante la detección mientras estaban asintomáticos y 123 mientras estaban sintomáticos.

No hubo infecciones sintomáticas en trabajadores con anticuerpos anti-picos. Las proporciones de tasas fueron similares cuando el ensayo de IgG anti-nucleocápside se utilizó solo o en combinación con el ensayo de IgG anti-spike para determinar el estado de la línea de base.

CONCLUSIONES

La presencia de anticuerpos IgG anti-pico o anti-nucleocápside se asoció con un riesgo sustancialmente reducido de reinfección por SARS-CoV-2 en los 6 meses siguientes.

Motivaciones

La infección por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) produce respuestas inmunitarias detectables en la mayoría de casos notificados hasta la fecha; sin embargo, el grado de qué personas previamente infectadas están protegidas de una segunda infección es incierto.

Entender si existe inmunidad después de la infección, cuánto tiempo dura, y el grado en que puede prevenir la reinfección sintomática o reducir su gravedad, tiene implicaciones importantes para la pandemia del SARS-CoV-2.

La inmunidad postinfección puede ser conferida por respuestas inmunes humorales y mediadas por células. Las consideraciones clave al investigar la inmunidad posinfección incluyen identificar correlatos funcionales de protección, identificar marcadores sustitutos medibles y definir puntos finales, como prevención de enfermedades, hospitalización, muerte o transmisión en adelante.

A estas alturas de la pandemia está surgiendo evidencia de inmunidad en los que han pasado la infección. A pesar de que ya hay más de 76 millones de personas infectadas y de que la transmisión mundial continúa generalizada.

Son muy raros los casos de reinfecciones con SARS-CoV-2 que se han reportado, y lo que se está viendo es que cuando ocurre, se trata de pacientes que han pasado una infección primaria leve o asintomática.

Y estos datos nos permiten estar muy cera de poder afirmar, con mayores certezas, que la infección por SARS-CoV-2 proporciona cierta inmunidad contra la reinfección en la mayoría de las personas.

Además, adicionalmente tenemos informes a pequeña escala que sugieren que los anticuerpos neutralizantes pueden estar asociados con la protección contra la Covid-19.

En estas conclusionesd que acaban de ser publicadas, el 23 de diciembre, en la prestigiosa publicación científica ‘The New England Journal of Medicine’, se recogen los resultados de un estudio de cohorte longitudinal prospectivo realizado entre trabajadores de la salud para evaluar la incidencia relativa de las PCR (pruebas de reacción en cadena de la polimerasa) del SARS-CoV-2 e infecciones sintomáticas en los trabajadores de la salud. Tanto de los que fueron seropositivos para los anticuerpos del SARS-CoV-2 como en los que fueron seronegativos

LOS DATOS

Para realizar este estudio, los cuatro hospitales universitarios de la Universidad de Oxford ofrecieron pruebas de SARS-CoV-2 a todo el personal sintomático y asintomático. Pruebas de PCR de muestras combinadas de hisopos nasales y orofaríngeos.

Se realizaron al personal sintomático (considerando como tales aquellos con tos persistente nueva, temperatura mayor o igual a 37,8 ° C, perdida de olfato (anosmia) y pérdida del gusto (ageusia). Y se ofreció la prueba desde el 27 de marzo de 2020.

También se invitó a trabajadores sanitarios asintomáticos, a participar en pruebas voluntarias de PCR con frotis nasal y orofaríngeo cada 2 semanas y pruebas serológicas cada 2 meses (algunos participan con más frecuencia en estudios relacionados) a partir del 23 de abril de 2020.

Desde entonces se ha venido haciendo un seguimiento exhaustivo que ha durado hasta el pasado 30 de noviembre. Y las investigaciones serológicas se realizaron con el uso de un ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA).

Condiciones estadísticas

En el estudio, tal y como han hecho público en ‘New England’, los científicos clasificaron a los trabajadores de la salud según su estado basal de anticuerpos.

Los sujetos que habían dado anticuerpos negativos se consideraron en riesgo de infección desde su primer ensayo de anticuerpos hasta el final del estudio o hasta su primera prueba de PCR positiva (lo que ocurriese antes).

En cuanto a los que habían dado un resultado de anticuerpos positivo, se consideró que estaban en riesgo de infección (o reinfección) desde 60 días después de haber dado positivo por primera vez, hasta el final del estudio o su nueva prueba de PCR positiva, lo que ocurra antes.

La ventana de 60 días se estableció para excluir el riesgo de resultados engañosos que podría provocar la persistencia de ARN, que en informes anteriores se consideraba que podía durar hasta 6 semanas.

Ensayos de IgG anti-picos de referencia y tasas de prueba de PCR

Un total de 12.541 trabajadores de la salud se sometieron a la medición de anticuerpos anti-pico con el siguiente resultado:

– 11.364 (90,6%) fueron seronegativos y

– 1.177 (9,4%) seropositivo en su primer ensayo.

– Y la seroconversión se produjo en 88 trabajadores durante el estudio.

De los 1.265 trabajadores sanitarios que dieron positivo,

– 864 (68%) recordaron haber tenido síntomas típicos de la enfermedad por coronavirus (Covid-19).

– 466 (37%) habían tenido una infección por SARS-CoV-2 confirmada por PCR, de la cual 262 eran sintomáticos.

El 25% de los 11.364 seronegativo informó síntomas previos al inicio, y 24 (todos sintomáticos) fueron previamente PCR positivo.

La edad media de los seronegativos y los trabajadores sanitarios seropositivos tenía 38 años (entre 29 y 49).

Los trabajadores de la salud fueron seguidos durante una mediana de 200 días (de 180 a 207) después de una prueba de anticuerpos negativa, y durante 139 días en riesgo (de 117 a 147) después de una prueba de anticuerpos positiva.

Finalmente, los datos condujeron a la afirmación de que “en este estudio de cohorte longitudinal, la presencia de los anticuerpos anti-pico se asoció con un riesgo sustancialmente reducido de infección por SARSCoV-2 confirmada por PCR durante 31 semanas de seguimiento. No ha habido infecciones sintomáticas y solo dos PCR positivas”.

CONCLUSIONES

Los resultados de este estudio sugieren que una infección que haya generado anticuerpos contra el SARS-CoV-2 está asociada con la protección contra la reinfección para la mayoría de las personas durante al menos 6 meses. Por lo que se podría llegar a afirmar que existe evidencia de inmunidad postinfección

La incidencia de pruebas PCR que dieron positivo para la infección por SARS-CoV-2 durante el período de abril a noviembre de 2020 se muestra por cada 10.000 días de riesgo entre los trabajadores de la salud según su estado de anticuerpos al inicio del estudio.

En los trabajadores sanitarios seronegativos se realizaron 1.775 pruebas de PCR en personas sintomáticas y 28.878 en personas asintomáticas. En trabajadores sanitarios seropositivos, 126.

Dos de los tres seropositivos sanitarios que tuvieron pruebas posteriores de PCR positivas tuvieron resultados de anticuerpos iniciales discordantes. Un hallazgo que destaca la naturaleza imperfecta de los ensayos de anticuerpos como marcadores de una infección previa

Es plausible que uno o ambos tuvieran falsos resultados de anticuerpos basales positivos.

El trabajador de la salud en el que se detectaron anticuerpos anti-espiga y anti-nucleocápside había tenido previamente infección por SARS-CoV-2 confirmada por PCR. Pero el resultado posterior de PCR positivo con una carga viral baja no fue confirmado en pruebas repetidas y no fue asociado con un cambio en la respuesta de IgG.

Los investigadores también hacen referencia a que “detectamos y no incluimos en nuestro análisis una presunta prueba de PCR falsa positiva en un cuarto trabajador sanitario seropositivo.

Últimas consideraciones

Debido al bajo número de posibles reinfecciones en trabajadores sanitarios seropositivos, no podemos decir que los niveles determinan la protección contra la infección o definen qué características están asociadas con reinfección.

Del mismo modo, no podemos decir si la protección se confiere a través de los anticuerpos o a través de la inmunidad de células T, que no evaluamos.

No fue posible utilizar la secuenciación para comparar primarios y posteriores infecciones, ya que solo uno de los tres trabajadores de la salud con una prueba de PCR positiva posterior tenían una infección primaria confirmada por PCR.

Nuestro estudio fue relativamente corto, con hasta 31 semanas de seguimiento.

Para establecer conclusiones más amplias se necesita un seguimiento continuo en ésta y otras cohortes, pues sólo así se podrá evaluar la magnitud y duración de la protección contra reinfección, enfermedad sintomática y hospitalización o muerte, y el efecto de la protección en la transmisión.