Safari Club es muchas cosas: una promotora con dos caras visibles en Andreu Buades y Ramon Soler, unas fiestas de sello muy característico, un criterio bastante infalible trayendo a artistas de fuera, una envidiable concepción de la electrónica contemporánea reconocible en un solo vistazo, o un caudal fijo de calidad y poder de convocatoria en los numerosos festivales donde les programan o en los que ellos mismos asumen tareas directivas. Son una de esas joyas de la gestión musical y cultural que llevan años surtiendo a la isla de más eventos interesantes que cualquier institución, en una paradoja típicamente mallorquina.

Safari Club, Budi y Raisol, celebran hoy sábado su trece aniversario como promotora. Lo celebran en lo que ellos mismos definen como “su nueva casa”: el Miama (Avinguda del mar 8C, Platja de Muro, de 22 a 6 h.), uno de los puntos neurálgicos de la oferta de ocio en el norte de la isla vinculada a la música electrónica.

EL ÚNICO PLAN ERA DIVERTIRSE”

-Trece años organizando eventos, fiestas, saraos… ¿cómo está vuestro nivel de energía a día de hoy?

-¡Estamos a tope! Safari siempre ha sido una forma de expresión artística, un lugar donde hemos sumado verdaderos amigos y gracias a ellos estamos aquí. Así la energía fluye.

-¿Qué está antes en un evento de Safari: el público o la música? ¿El objetivo es puramente lúdico, que la gente se lo pase bien, o lo principal es programar electrónica que se distinga del resto?

-Un poco de cada aspecto, imagino que es la mezcla perfecta. Obviamente, la música siempre ha sido el camino. Hemos disfrutado de sesiones y directos de artistas a los que admiramos. No solemos observar quién programa qué, la idea es que nos apasione lo que hacemos y si eso lo haces bien, la gente se lo pasa de puta madre.

-¿Nunca ha habido la intención de asaltar Palma? ¿Qué la mayoría de vuestras fiestas sean en la part forana es circunstancial o hay una voluntad de descentralizar la oferta y ampliarla fuera de la capital?

-Hemos vivido muy buenas noches en Palma. Tenemos muy buenos recuerdos del Garito y del Cultura Club. Pasamos momentos inolvidables en cada uno de ellos. También seguimos yendo a Sa Possessió, un lugar maravilloso. Es obvio que nuestra zona es el norte y aquí es donde llevamos non stop desde el principio. En Can Gavella nacimos, crecimos entre la Fònica y Menta, y hemos hecho del Miama nuestra casa.

-¿Cómo se reparte el trabajo en Safari?

-En el trabajo diario estamos Andreu y Ramon, aunque claro que tenemos un equipo que nos ayuda en toda la organización, comunicación y montaje de las fiestas, además de un grupo de DJs y amigos que llevan años rodando y repitiendo cabina como residentes.

-Se le ponen dos caras a Safari: Andreu y Ramon. Pero intuyo que hay más gente trabajando en el proyecto.

-Safari siempre hemos sido tres, nosotros y Jaume Perelló ‘Gavella’. Desde hace un año él está desarrollando un nuevo proyecto y nosotros seguimos evolucionando. Actualmente estamos en la dirección del IDÒ Fest! En Inca, nuestro evento más grande hasta el momento, con artistas como Aeroplane o Ben Pearce.

-Sobre el panorama en Mallorca: da la impresión de que hay dos tipos de fiestas alrededor de la electrónica, unas de tipo más clásico y asequible y otras con un pie en la electrónica más contemporánea, que esfuerzan en programar nuevos valores. ¿Es así o es una visión un poco reduccionista?

-Solo podemos opinar de gente como Miama, Elephank, Wolf Agency, Warehouse, R33 o Sentados en el techo, porque prácticamente con todos hemos compartido noches. Y es verdad que nos esforzamos para conseguir artistas que creemos que tienen algo que aportar.

-Pregunta inevitable para todo promotor: ¿regusto final después de tratar con autoridades e instituciones? ¿Ponen facilidades, son receptivos a ideas y proyectos?

-Siempre hemos intentado hacer las cosas bien, relacionarnos con gente seria y creer que el trabajo da sus frutos. Por regla general, nuestra relación con las instituciones ha llegado de un interés por Safari. Imagino que a partir de aquí la cosa cambia.

-¿Teníais un plan hace trece años? Después de todo este tiempo, ¿está Safari donde imaginabais o queríais que estuviese?

-El único plan era divertirse. Eramos unos niños apasionados con la música, vivíamos en Barcelona y cada fin de semana tocaba Apolo, Razz, The Loft, Moog o Fellini. Cada finde teníamos unos carteles brutales y CD Drome, La Ruta Natural y más tiendas para gastarnos nuestro dinero en vinilos. No pensamos donde estaremos dentro de un año, y mucho menos lo pensábamos hace años. Nuestro objetivo es disfrutar la música y divertirnos, todo lo demás es un regalo.