Foto: Guillem Alorda
Festival S'Embat: SFDK + Juanito Makandé + Dinamo + Emeterians + The Market Noise + Kiko Navarro & Benji Habichuela + Manu Sánchez & Javitoh (Danzû) + Circ S'Embat & Batucada Saravá!
Parc de n'Hereveta (Porreres), viernes 2 de agosto. Asistencia: casi 5.000 personas.
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BENDITA OBLIGACIÓN
Ya con la entrada te captaba el hechizo: en círculo, foodtrucks de comida estilosa más el mercadillo. Pero sobre todo, por la decoración: luces, bolas de colores, telas... Al fondo, el escenario: necesariamente considerable, también vestido con enormes pancartas laterales y, lo principal, de sonido perfectamente atronador. Poderoso pero modélicamente definido. La personalización encantadora del aséptico recinto ya anunciaba triunfo.
El menú musical, un año más, eficazmente diverso [la asistencia de este que escribe dio para ver tres de las propuestas; no todos los días las obligaciones laborales permiten pasarse más de 9 horas en un sarao]. Makandé estuvo melódicamente convincente. Que siete músicos dieran todo el concierto sentados fue una pista. Tal vez demasiados medios tiempos (aunque el brindis constante por lo sensible es marca de la casa), cuando se encalentonaron empujaban bien, tanto al ponerse flamencamente souleros o con el tronío jondo capaz del cantante para cerrar.
Otra diana del festival fue coser los interludios con batucadas y números circenses comenzados al milímetro de silenciarse el escenario principal. Tras Makandé y una tamborrada, el esplendor: SFDK. Qué gordos en actitud. Entusiasmados, adrenalíticos, luciferianos. Engrasados como la mejor caja de cambios. Con la autoridad del sol. El hashtag fue #MadreDelAmorHermoso. El MC engorilado como si tuviera 20 años, con una monstruosa capacidad para empatizar; el DJ escratcheando como para romperse la muñeca, soltando bases que sonaron a la palabra de dios. ¿Respondió el público? Sus coreos se oyeron en el barrio sevillano de Las Tres Mil Viviendas. Lo dijo Zatu: no fue un concierto, sino una alianza.
Y tras ellos asomaron Dinamo. Corrijo: estallaron. Corrijo: nos sometieron. Su puñetazo de ska y rock es plural y nada repetitivo, de amplio itinerario en directo que les ha convertido en incontestables. Neutralizaron las agujetas en piernas y gargantas tras los raperos, añadiendo al público sudor agotado con sonrisa perenne.
Sentenciando: la personalidad del Festival S'Embat volvió a confirmarlo como una fecha cualitativa, un hito del verano, convirtiendo el asistir en una bendita obligación.
