Artistas mallorquines recuerdan las visitas del neoyorquino a la isla, y conceden sus puntos de vista sobre su obra y su figura

Los vínculos de Lou Reed con Mallorca, en forma de visitas, son suficientemente particulares como para trazar un recorrido por ellos y por el perfil del artista. Para ello, nada mejor que las opiniones de nuestros creadores locales, que siempre serán más fundamentadas, relevantes e interesantes que las de cualquier ministro. El neoyorquino recaló en la isla en dos ocasiones, una en 1998 dentro de una gira recordada por la indolencia del músico y otra, en 2010, que regaló una de las pocas ocasiones en que mostró sus inquietudes artísticas más allá de la música.

¿DE LA VELVET O DE LOU?

Joan Vich (músico, director de la discográfica Primeros Pasitos, coordinador de prensa del festival de Benicàssim en 2004, año en que Reed actuó en él. La narración que Vich hace de ello está aquí). “Soy muy fan de la Velvet y bastante de Reed. Creo que era un buen compositor. Construyó un lenguaje muy personal, inventando su propia manera de hacer rock. Y escribía unas canciones melódicas preciosas”.

Ana Espina (directora de Fonart, promotora de las dos visitas de Reed a Mallorca). “Hay muchos grandes, pero todos vienen de algo. La Velvet no copió a nadie. Era totalmente original”.

Jordi Herrera (Satellites, The Marzipan Man). “Soy más de Nico. Me gustan las mujeres de su vida. Me gusta la gente que le copia. Reed era como un cuervo de José Luis Moreno. Me lo imagino en su casa recibiendo una llamada para que diera un concierto y diciendo ‘no me apetece’. Más que un rockero era un intelectual del rock. Mi disco favorito es el cuarto de la Velvet, Loaded. Cada canción sería un hit en un mundo perfecto”.

David Martín (Doctor Martín Clavo). “Me gusta como a todo hijo de vecino, sobre todo Transformer y un concierto para perros que hizo en Australia junto a su mujer, Laurie Anderson”.

Pere Pla (Furnish Time, Forats Negres). “Con carreras tan largas es normal acercarse y alejarse, como con Dylan. Soy más de la Velvet: su sonido era único. Y esa estética, que era también muy personal. Reed se arriesgó mucho a lo largo de su vida. No solo con Metal Machine Music, sino también con Berlin, por ejemplo. Y él no es sólo Walk on the Wild Side, el típico éxito que te persigue toda la vida”.

Joan Castells (Petit). “La primera versión que hice fue Caroline Says, en la versión más lenta que sale en Berlin. No veo diferencias entre la Velvet y Reed. Las dos cosas son lo que son y ambas me interesan, como me interesa John Cale. Su manera de cantar y sus letras son lo más importante para mí. Me gustan mucho sus recursos técnicos, los pocos que tenía y el jugo que les sacaba. Con ellos creó un lenguaje personal. Abrió un puente a un mundo al que tú luego decides si entrar o no, un mundo particular muy interesante para un adolescente. Descubre tabúes y descubre que se pueden romper”.

Pep Toni Ferrer (Oliva Trencada, Saltamartí). “Cuando preguntan si Beatles o Rolling yo digo “¡La Velvet!”. Y de Reed me quedo con Transformer. Los Rolling no tienen repercusión en los grupos modernos, y a los Beatles se les copia de manera demasiado fiel. Pero ninguno de ellos influye tanto hoy como la Velvet. Su actitud rompedora, sus ruidismos, influyen hasta a grupos de hardcore”.

Laia Martínez (Jansky). “Lo mejor es el espíritu de la Velvet: la música, las letras y todo lo artístico en general”.

Diego López (Ceremoney). “Me fascina la Velvet, sobre todo su actitud, su imagen y el Nueva York de aquella época. Todo lo que resultó tan chocante cuando surgieron en aquellos años, principalmente a través de sus dos primeros discos”.

PLAZA DE TOROS DE ALCÚDIA, 3 DE OCTUBRE DE 1998

Espina: “Ya en el aeropuerto hubo tensión. Entonces los periodistas aún podían pasar a la zona de Llegadas. Nada más aparecer, todos fueron hacia él, y entonces se puso cara a la pared, como un niño. ‘Dejadme coger las maletas y después tal vez hablemos sin que me agobiéis’. Y así fue como pudimos montar una pequeña rueda de prensa. Contestó algunas preguntas, siempre muy serio. Él era así, sombrío”.

Carlos Garrido: “Le vi en Barcelona en los años noventa y me defraudó [el neoyorquino actuó en las fiestas de la Mercè en 1998], pero el tiempo da siempre la dimensión correcta. Cuando Jimi Hendrix tocó en Palma no le interesó a nadie”.

Espina: “No tenía muchas ganas de tocar. No fue un buen concierto. Para empezar porque ahora hay varias empresas que te pueden poner un buen equipo de sonido, pero entonces no era tan fácil. Y no me duele reconocer que nuestra producción iba un poco justa. Trabajar en una plaza de toros, un recinto municipal, es difícil. De hecho, iba a salir a hacer un bis, pero para entonces el brigada de la plaza ya había cortado la corriente. The Silos no llegaron a tocar porque el concierto empezó con una hora de retraso. Supongo que era una época en la que él estaba harto de muchas cosas, de tener que repetirse”.

ES BALUARD Y TEATRE PRINCIPAL DE PALMA, ABRIL 2010

Jesús Torné (responsable de prensa de Es Baluard durante la visita de Reed en 2010). “Llegó un miércoles, día 28 [dos días antes del concierto]. Le esperábamos a las ocho, y llegó en su jet privado hacia las once. Sólo quería una hamburguesa. Pidió una habitación en el hotel Maricel con vistas al mar y con una temperatura muy alta, como 40 grados. Estaba de muy mal humor. Era diabético, y comía y bebía Coca-Cola Light constantemente”.

Espina: “Es admirable la valentía de venir con Metal Machine Music. Fue un gran concierto. El único fallo fue el público, que esperaba un Perfect Day, o quienes fueron porque Reed era un señor famoso. Para mí lo importante fue el estreno de Red Shirley y que se prestara a enseñar sus fotos, a pesar de que él era plenamente consciente de que no era un buen fotógrafo. La intención fue traer todas sus facetas como artista para que su público pudiera conocerle mejor”.

Torné: “El documental trataba de una tía abuela suya muy mayor, de origen polaco, pionera del feminismo en EE UU. Más que un documental era una conversación grabada de una media hora de duración”.

“La exposición estaba revisada y aprobada. Sólo faltaba su toque final, y no le gustó el orden en que se habían dispuesto sus fotografías. Tampoco le gustó el auditorio, donde estaba previsto proyectar su documental. Fuimos a ver el Aljub, y le dijimos que podíamos poner cortinas, moquetas y un equipo de sonido muy potente para arreglar aquel espacio a su gusto”.

Espina: “El documental estaba aún sin acabar. De hecho, los subtítulos los pusimos nosotros. Por todo ello, Reed estaba bastante nervioso: se quejaba de tener que poner su cabeza en varios asuntos, de tener que pensar en un dar concierto, en el documental y en su exposición. La gente que fue al museo vino a verle a él. Podría haber sido en El Corte Inglés”.

Torné: “A la una de la mañana canceló la rueda de prensa del día siguiente, con 40 ó 50 periodistas acreditados. Al principio dijo que permitiría hacer fotos, y que sólo firmaría libros, aunque después accedió a firmar algunos discos. Luego nos pidió que seleccionásemos sólo a los dos medios más importantes, a lo cual nos negamos. Finalmente aceptó posar cinco minutos, fotos sin flash y ninguna pregunta. Después de la proyección del documental aceptó preguntas por escrito que seleccionaron sus asistentes”.

Espina: “Mostrar sus diferentes facetas le pareció un reto. El esfuerzo que hizo por traer su trabajo fue lo que menos se valoró, y lo más importante para nosotros y para él. Consideraba que como músico no tenía nada que demostrar, pero aquí se trataba de la primera vez en que su obra entraba en un museo de arte contemporáneo”.

CASCARRABIAS INSUFRIBLE, CASCARRABIAS ENTRAÑABLE

Vich: [Reed firmó en una campaña del GOB en contra de la construcción de más autopistas en Mallorca]Contactaron conmigo Cristina Barchi y Jaume Perelló del GOB. Le hice llegar la propuesta al mánager y les gustó la idea”.

Torné: “¿Quería provocar? Tal vez no, porque todo acabó pareciendo una parodia. Lo peor eran sus asistentes, aunque posteriormente todos, incluido Reed, se confesaron encantados. Todo era, por tanto, una pose. Dicen que fue muy simpático y cercano con una niña que le pidió un autógrafo”.

Castells: “Reed recupera la tradición del cantante de autor de los años 60 y la reinterpreta a su manera. Y conecta mucho con Kerouac, más de lo que se ha estado diciendo. También ha hecho más por la liberación sexual que muchos otros. Me choca que se insista tanto en que era un capullo. No le valoro por ello. La obligación de un fontanero es hacer bien su trabajo, y da igual si es un gilipollas o no”.

Espina: “Creo que intentó poner un poco de soberbia para paliar que no estaba muy seguro de las otras vertientes de su creación. Con determinadas personas estuvo muy amable. Si te acercabas de manera normal, podía incluso ser cercano, pero si venías en plan ‘te vi en el concierto X el año X’ se saturaba”.

Martínez: “Le gustaban los mismos poetas catalanes que a mí: Casasses, Perejaume, Blai Bonet, Estellés… Cuando los recitaba en inglés la excitación era enorme. Es muy emocionante que los apreciase”.

¿TAMBIÉN HAS QUERIDO SER SALVAJE?

Ferrer: “La connotación de Walk on the Wild Side no es salvaje, sino oscura, de perdedor. Se puede ser un freak tranquilo. Más que salvaje es políticamente incorrecto. Salvajes son las portadas de ABC. Reed era artista antes que músico. El arte es un detonante psicológico, y él detonaba cabezas. Convirtió en arte picarse en directo”.

Martín: “Reed no es mi único referente por su modo de vida. Además, lo que engancha son sus canciones, y después sus letras. Su forma de ser tampoco me interesa tanto. Todas las canciones tienen sus momentos, y las suyas me llegaron en momentos muy marcados: I’ll be your mirror, Satellite of love…”.

Garrido (músico, periodista). “De Satellite of love dijo una vez: ‘Que una canción sea mía no significa que sepa qué quiere decir’”.

Castells: “El mundo de las drogas, más que resultarme atractivo, me da miedo. Aunque he podido fantasear con tener un viaje total. Me quedo con las visiones particulares de cada uno, Reed, Waits, y la lectura que tú quieras hacer”.

Martínez: “Reed daba ganas de recuperar la parte salvaje que todos tenemos, pero no en el sentido de fiesta o de locura, sino de volver a escuchar nuestro cuerpo y entenderlo. A mí me alegró la juventud postlennoniana”.

Pla: “Durante una época me influyó mucho, pero verle en conciertos en los que no se podía ni sostener… A veces era una advertencia. Aparte, llamarle padrino del indie me parece excesivo”.

Toni Cobretti (The Last Dandies). “Yo soy un salvaje, él era más un intelectual. Y lo que más me gustaba es cómo trataba a la gente”.

LOS FUTUROS LOUS

Vich: “[Decir que ya no existirá gente con la influencia global y la categoría universal de Reed] son quejas de gente que se hace mayor. Los personajes icónicos seguirán existiendo. Sí es cierto que ahora existen muchas más microescenas, lo cual puede provocar que no conozcas ninguna canción de Lady Gaga aunque sí sepas quién es ella”.

López: “Por mucho que los nuevos artistas quieran ser transgresores, todo está ya transgredido. Si Lady Gaga se desnuda, la mayoría dirá ‘más de lo mismo’. Todo parecerán imitaciones”.

Martín: “Hay genios que no llegaremos a conocer y otros tendrán la atención de los medios de masas merecidamente porque estarán haciendo algo consistente”.

Castells: “Seguramente se decía lo mismo al final del Renacimiento. O después de Charlie Parker. Habrá otras formas, y no sabemos cuáles ni quién las creará”.

Ferrer: “Puede que no con la misma trascendencia mediática porque los medios cambian constantemente. En la época de Reed o Madonna existían otros artistas como ellos. El talento no se perderá nunca”.

Espina: “Las cosas han cambiado mucho, sobre todo respecto a cómo se crean los ídolos. Ahora investigamos demasiado. Googleamos en exceso mientras escuchamos música, y no reaccionamos igual al mito, al misterio. No creo que las divas de hoy sobrevivan a la fase adolescente de ‘me cambió la vida’”.

Pla: “Siempre hay sorpresas y siempre las habrá. Hay que esperarlas, en toda expresión artística”.

Herrera: “Probablemente no estará muerto. Debe ser un montaje. Madonna y similares no serán nunca sustituidos porque su ego no se lo permitirá”.