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Este 2012 entrante ha traído una mala, malísima noticia para la música balear: la separación de No Children. Se pierde así a una de las bandas más relevantes de la última década y a quienes consiguieron situarse también como punta de lanza en su género a nivel estatal. Los mallorquines lograron uno de esos raros prodigios de la música: que fuese habitual oír “no me gusta el hardcore melódico, pero sí me gustan No Children”. Así ha sido por lo categórico de sus canciones y, sobre todo, por el poderío de su directo y su sonido. Es de suponer que, a partir de ahora, sucederá lo normal en estos casos: desaparece el hito, nace el mito.

No Children giraron seis semanas por Estados Unidos acompañados de los norteamericanos Chiodos. También han girado por países con gran tradición de hardcore melódico como Alemania, Italia o Bélgica, y por otros como Inglaterra o Luxemburgo. Han metido temas en diversos recopilatorios: uno patrocinado por la multinacional Eastpack, otro sobre el surf profesional en California y en La tierra del agua, sobre el surf profesional en Galicia, en EURock Salvation (editado en Japón) e incluso en una serie norteamericana “con actores de Perdidos y House de la que no recordamos el nombre, y en algunas series españolas ¡de las que tampoco nos acordamos!”.

Responde a la entrevista sobre todo ello Edy Pons, bajista de la banda:

“HOY EDITAS UN DISCO YA LAS TRES SEMANAS YA ESTÁ CADUCO”

-Tardasteis cinco años en lanzar vuestro tercer disco, que salió en un sello británico. Por el camino ha quedado uno que no habéis querido editar. Tocasteis en el último Viña Rock. Lo normal es separarse tras larga temporada improductiva, que es lo contrario de vuestro caso. ¿Por qué ahora?

-Ha sido raro, la verdad. Un montón de tiempo trabajando para hacer algo muy, muy especial, y ha sido sacarlo… Ha habido cambios y hemos decidido parar.

-Al hablar sobre vuestro último álbum, mencionabais nuevas influencias musicales e inquietudes, como tocar en acústico. ¿Al final han supuesto un motivo añadido a la separación más que elementos positivos?

-Un poco sí. El tema es que estuvimos tanto tiempo preparando algo nuevo, otro camino para explotar…

-Hablabais incluso de renovación.

-Es cierto: en Souls on fire hay bastante cambio. Incluso habíamos preparado la versión acústica del disco. Pero creo que estuvimos demasiado tiempo en el local, dándole vueltas, y nos encontramos con que pasaban muchas cosas fuera del local. Al final, cuando dijimos “venga, vamos a hacerlo” estábamos un poco desinflados, sin fuerza.

-¿Es una parada momentánea o una separación en toda regla?

-No tengo especialmente claro en qué momento estamos. No puedo afirmar nada, pero parece que es definitivo. A mí, personalmente, todavía me cuesta encajarlo. Llevábamos desde 1995 ó 1996, las mismas personas, haciendo música.

-Es como una segunda familia.

-Exacto. Cada día ensayando, muchas horas, y ahora… nada. Es difícil encajarlo.

-En la historia de la música siempre ha habido estilos musicales muy adscritos a unos determinados años, que luego encuentran dificultades para alargar su existencia. ¿Está pasando algo parecido con el hardcore melódico?

-Sí. Incluso diría que ya se había pasado un poco cuando empezamos. El punto fuerte fue en mitad de los noventa. Nosotros lo pillamos un poco pasado, aunque en España todo llega siempre un poco más tarde, cosa que evidentemente ha cambiado con internet. Antes tenías que estar pendiente de programas como Sputnik o de la MTV, ¡la de antes!, para pillar algún vídeo.

-De hecho, en 2005, cuando lanzasteis Reality

-En España sí. Fuera no era tanto. En 2004 hicimos la gira de seis semanas por EE UU y nos dio la sensación de que la ola ya había pasado. En más, giramos con una banda que empezaba a hacer lo que se llamó screamo, más hardcore, más gritado, y veíamos que toda la gente joven, los nuevos grupos, eran de ese estilo. Algo que en España ni existía. Años más tarde ha llegado, e incluso nuestro último disco tenía esas influencias. Casi sin quererlo, tras movernos por ahí, habíamos ido cogiendo cosas.

-¿Llegasteis a vivir de la música?

-No. Para la música, sí. Pero no de ella. En ningún momento nos hemos podido desenganchar del trabajo porque la cosa estuviese funcionando.

-Pero sí habéis vivido la música en primera línea. ¿Ha sido como te imaginabas?

-Me quiero quedar con lo mejor. Con lo más guay, que es viajar, conocer gente, estar cada día en una ciudad diferente y estar haciendo lo que realmente te gusta. Pero también hay mucha parte que no me gustaba, sobre todo el trato de según qué promotores, el tema del dinero, etc. Menosprecian mucho este mundo. Hay una parte muy negativa que no me ha gustado.

-Se suele señalar dos cosas como lo más duro: la convivencia y la gran cantidad de horas muertas en aeropuertos y furgonetas.

-¡Pues la de 24 horas conviviendo ha sido una de las partes positivas para nosotros, aunque hubiera enfados o jaleos! En cuanto a horas muertas, como yo era el que organizaba muchas cosas, te aseguro que no me quedaba mucho tiempo libre.

-Desde vuestros inicios conseguisteis muy rápidamente un sonido y directo muy potentes, profesionales. ¿Cuál es la manera más sencilla de conseguirlas? ¿Invirtiendo mucho dinero en equipo?

-¡Qué va! Muchas horas de ensayo. ¡Muchas! No hay otra. Incluso diría que hemos vivido de rentas porque en esos inicios trabajábamos muchas, muchas horas, y luego, como parece que pillamos un buen nivel, aflojamos un poco la marcha. Y gran parte de la culpa de cómo sonamos es de nuestro técnico de sonido en directo y en estudio, Marc Bronsard [el canadiense es uno de los ingenieros de sonido de referencia en la isla; con él grabaron los dos primeros discos en Electric Chair, el estudio de Pablo Ochando, guitarrista en La Granja].

-Algo muy llamativo en vuestro género musical es la importancia que se le da a la imagen, tal vez sólo comparable al mundo del rap. ¿Te parece igual de importante ahora que al inicio de vuestra carrera?

-Existe ese estereotipo. Ves a un tipo y sabes qué música haces. Pero es que, sinceramente, creo que es muy importante.

-Desde finales de los 90 y sobre todo desde el 2000 se impuso una estética de la no-estética, es verdad que más vinculada al hardcore y al metal (pienso en los Hot Water Music que parecían leñadores o en los Snapcase que posaban todos con camiseta blanca).

-Sí, pero luego vuelve a ser otra vez como una estética. Pasas de una estética, coges otra, ¡y puedes detectar igual de la misma manera qué música hacen!

-Habéis vivido en primera persona los cambios en la industria musical en la última década. Si montas una banda hoy, no puedes hacer todo exactamente de la misma manera que hace diez años. ¿Qué es obligatorio hacer de manera diferente?

-Ha cambiado todo tanto… empezando por la misma forma de escuchar música. Sobre todo la forma de absorber música. Creas algo, estás meses y meses currando en el local, lo editas y a las tres semanas ya está caduco. Es muy duro, y es la principal diferencia que encuentro con respecto a cuando empezamos. Con la primera maqueta, la repercusión duró un montón de meses. Se hablaba de un disco incluso años más tarde. Tenían un montón de vida. Pero la de Souls on fire, por ejemplo, fue un chiste.

-Pero es de suponer que hay cosas que no cambiarán nunca. Por ejemplo, siempre será positivo tener discográfica.

-No lo tengo muy claro. Siempre he estado convencido de que teníamos que tener un sello, pero en cada caso nos ha salido mal. Cada vez. Y al final he llegado a la conclusión pensar que lo podía haber hecho yo directamente. De hecho, en gran parte, nosotros lo hemos hecho casi todo. Los sellos siempre nos han dejado colgados.

-El nuevo ministro de Cultura parece muy partidario de la Ley Sinde. No habéis vivido de la música, pero sí os movisteis a un nivel como para que las descargas gratis hayan provocado que vendáis menos discos.

-Siempre hemos vendido tan poco que no nos afectaba en nada. Lo único que nos ha podido financiar ligeramente es el merchandising, pero por el hecho de salir a tocar continuamente, no vía correo. Así que supongo que, más bien, internet nos ha ayudado.

-En los años de auge del hardcore melódico surgieron una serie de bandas muy poco genuinas, tipo Pignoise, que sin embargo sí tuvieron una gran atención de los medios generalistas. ¿Crees que todo ello llegó a desvirtuar y a perjudicar al movimiento?

-No creo que llegara a perjudicar a la escena, sino a reforzar el pensamiento de que aquí en España prevalece más tener alguien detrás que ponga pasta y salir por televisión o radios a saco, que no los principios y la calidad musical. Cuántos grupos hay que son muy currantes y tienen tantísima calidad pero lamentablemente tienen que dejar de hacer lo que más les gusta porque no puedes financiarlo.

-¿Qué proyectos tenéis los miembros de la banda?

-Marcos, ya incluso con No Children, empezó a escribir sus temas acústicos que no terminaban de encajar. Él mismo lo decía, y eso le ha llevado a hacer una banda. Están grabando el disco. He escuchado poco, pero suena muy bien. Inicialmente iba a ser todo acústico pero ya hay batería, bajo, guitarra. Dimas está de batería en L.A. y tiene un montón de proyectos en marcha. Dani está un poco más al margen de todo, concentrado en su trabajo. Pero la cuestión es que Dani, Dimas y yo hemos montado un nuevo proyecto, Gravity, que sigue la onda de Souls on Fire, cañero y gritón. Hemos cogido un cantante, Tato, de Cala Rajada, que también canta en Believe the Lie, y con Pep Mulet, de L.A., que es el guitarra. Ya tenemos una demo y un vídeo, que están en facebook.com/gravity.metal.band.

-Sabrás que ya hay una página de Facebook pidiendo un último concierto o gira de despedida de No Children. ¿Lo habéis hablado? ¿Hay posibilidad?

-No lo hemos hablado, no sé la postura del resto del grupo. A mí me gustaría hacerlo.

Reacciones:

Jordi Meya (redactor jefe de Rockzone, revista de referencia estatal del rock, metal y hardcore): “Como tantos grupos, el principal problema de No Children fue el de no contar con un apoyo fuerte detrás que apostara por ellos. Actuar por libre desgasta mucho y a pesar de lo que mucho que consiguieron, por desgracia su música nunca logró escucharse fuera del gueto del hardcore melódico. Cualquiera que los viera en directo en estos últimos años, sabrá que estaban mejor que nunca, pero es comprensible que después de tantos años, les pudiera apetecer hacer otras cosas. Siempre habrá tiempo para volver”.

Xisco Vargas (responsable de Bubota Discos, vocalista de Net Weight y Errör): “Los que les conocemos sabemos que han dedicado su vida a la música como pocos, y por ello mismo sabemos que no van a parar. Así que imagínate cómo pueden ser sus nuevos proyectos. Siempre han sido muy trabajadores: no he visto ha nadie que pare y vuelva a empezar una canción ¡sólo porque el batería ha fallado un golpe! Tienen anécdotas históricas, como aquella en la que en el Maximum Rocknroll, la biblia del hardcore y el punk, pusieran a parir el Katherine J. Cocks. Yo he visto al público de Barcelona flipar mucho con ellos, y encontrar al día siguiente a gente en Madrid que vino desde Barna para repetir”.

Dani (guitarra en Take it Easy, otra de las bandas punteras en el hardcore melódico local): “Me da mucha pena y, sobre todo, mucha rabia, porque todo parecía indicar que iban a triunfar. Nosotros tocamos muchas veces con ellos y, sinceramente, había una diferencia brutal: eran muy profesionales, muy potentes. Flipabas con ellos hasta en los ensayos. Comparándolos con muchos grupos de referencia europeos e incluso norteamericanos, estaban sin duda a la altura. Otra cosa que tenían es que podían gustar a cualquiera: el guitarrista de El Sueño de Morfeo era tan fan que llevaba una camiseta de No Children en un videoclip (…). A mí me gustó mucho el último disco, pero el público tal vez esperaba otra cosa. Principalmente en Barcelona, donde llenaban salas.

Tomeu (coordinador del blog musical Illa Sonora Illa Sonoray conductor de los programas Illa Sonora -BN Mallorca, 106.5 FM, martes a las 17 h.- y Fang i distorsió -Ràdio Marratxí, 92.9 FM, viernes de 17 a 18:20 h.-): “Estaven fets d’una pasta diferent a pràcticament la totalitat de grups de la seva generació: demostraven professionalitat, sabien explotar hàbilment la seva imatge i es van saber moure perquè realment creien en les seves oportunitats com a banda. Però a més, hi ha una cosa que jugà molt a favor seu (a més, digna d’admirar), i és el fet de saber estar al moment correcte malgrat no fos el lloc correcte. O te saps moure o t’acabes gratant la panxa a Mallorca. Com s’expliquen sino aquestes gires per Europa o EE UU? Quants de grups mallorquins havien aconseguit aquesta fita abans d’ells? També disposaven d'una qualitat essencial: no deixar-te indiferent. T’agraden o no t’agraden, i prou. És per això mateix que han estat un grup que ha confrontat a l’escena del punk i el hardcore illenc; seguidors que proclamen que No Children, si triunfaren, fou per mèrits propis, detractors que els tatxaven de “pijos” i “posers”, especialment quan van fer aquell playback dels 40 Principales a la Plaça d’Espanya... Dues postures que, fins i tot avui en dia, semblen no reconciliar-se”.

Carlos Padilla (diseñador y gerente de Rock and Merch, empresa especializada en la creación de la imagen para grupos musicales de cualquier estilo): “Han marcado, sin duda, el rock en Balears, y han vivido una época en la que la música marcaba a nivel sentimental. A mí me marcaron desde los 16 hasta hace incluso solo un año. Desde el principio tuvieron las cosas muy claras, sobre todo desde que entró Dimas a la guitarra principal. Al final, con ellos ha sido muy importante la actitud del público del punk rock, que es demasiado estricto y le ha hecho pagar algunas cosas. Si hubieran tenido más apoyo, estoy seguro de que habrían continuado”.

Toni Melis (bajista y voz de One Foot, otra de las bandas de hardcore melódico más conocidas de la isla): “Para mí han sido uno de los mejores grupos de la isla, sino el mejor para mi gusto. Crecí con ellos y con Take It Easy o La Gran Orquesta Republicana. Me han influido mucho. Es una lástima que después del Never Look Back el grupo fuera cogiendo otra dirección porque con Katherine pegaron muy fuerte. Además, para irse a girar por EE UU con todo autofinanciado, ¡hay que ponerle un par de huevos!”.

Discografía:

1999: Katherine J. Cocks (EP autoeditado)

2003: Never Look Back (Blau/Discmedi)

2005: Reality (Blau/Discmedi)

2010: Souls on fire (Atticus Black)

Para escuchar a No Children: www.myspace.com/nochildren

Para ver a No Children:

Addict (extraído de Never Look Back, producido por Uthologic)

Mend the Pieces (extraído del video CD incluido con Reality, producido por Uthologic)

Intenta una vez más (extraído del álbum inédito What’s Left of Good Memories, producido por Uthologic)

¿Quién soy yo? (en directo en el festival Viña Rock 2011)