La forma en la que percibimos las cosas, muchas veces, es diferente a cómo son en realidad o cómo los demás la ven. Es posible que como nosotros pensemos o veamos algo, no sea así. Lo mismo pasa cuando tiene que ver con nosotros. Yo me puedo describir de cierta manera pero el resto me puede percibir diferente. A veces nuestra valoración sobre nosotros mismos está por debajo de la realidad, mientras que otras por encima.

Cuando una persona, de forma habitual, tiene una visión de sí mismo elevada y no son capaces analizar críticamente sus actos, es posible que estemos hablando del “trastorno de la personalidad narcisista”. Sara Prieto, psicóloga, explica en el artículo “Síndrome de la superioridad ilusoria: cómo detectar a un narcisista” (ABC, 2020) que “las personas que son así no suelen detectar el grado de responsabilidad que tienen cuando las cosas no son como esperaban. Creen que la culpa es siempre de los otros y que ellos nunca fallan.”

La personalidad narcisista se caracteriza por la alta competitividad, por exaltar y exagerar las propias cualidades y proyectar una imagen de sí mismos de superioridad. También tienden a ser individualistas pero al mismo tiempo necesitan la valoración del resto para reafirmar su conducta. Detrás de “la supuesta seguridad”, es probable que se oculten miedos e inseguridades relacionados con el fracaso y el rechazo. Suelen mostrar falta de empatía y se centran en sí mismos.

Este tipo de personalidad se suele diagnosticar en la edad adulta y suele afectar con más frecuencia a hombres. Es posible, que por factores como la importancia de la imagen social y de la valoración externa, se haya fomentado el desarrollo de este tipo de personalidad.

Hay que tener en cuenta, que este tipo de conducta puede tener consecuencias, por ejemplo, relación con la autoridad, con la familia, con el trabajo y con las amistades. Raramente este tipo de pacientes dan su brazo a torcer y siempre consideran que tienen la razón con absoluta certeza. Por eso es infrecuente verlos en los servicios de salud mental, más bien acabamos viendo a las personas que conviven con los que tienen este tipo de trastorno.

En opinión del Dr. Carbonell, hay que diferenciar entre tener rasgos narcisistas en tener un trastorno de personalidad narcisista. Las personas que lo tienen les da una sensación de seguridad que hace que quieran imponer siempre su punto de vista a los demás. En caso de encontrarse a personas con este perfil y que nos afecte a nuestra salud mental es aconsejable asesorarse por un profesional para aprender a manejar la situación.