Cuando nos piden dibujar una cara triste, todas las personas realizan la misma expresión facial. Es un dibujo universal, que se reconoce al instante. ¿Y por qué nos cuesta tanto explicar cuándo la sentimos? Según Leocadio Martín, psicólogo, “nos cuesta porque no nos han entrenado para ello”. Esta emoción nos preocupa, no nos gusta estar tristes y menos decirlo cuando lo estamos. Tenemos miedo a que los demás opinen, a no ser comprendidos.

Muchas veces se opta por ocultar esta emoción para no dar explicaciones, pero a veces nuestro lenguaje corporal, como la postura o el tono de voz, nos delatan. Y cuando esto ocurre, es muy habitual escuchar al resto decirnos la frase “no estés triste”. Estas palabras las solemos decir porque no nos gusta ver sufrir, pero no es recomendable decirlo, porque lo más probable es que a la persona no le guste estar así y le encantaría poder estar mejor. Esta “orden” de no poder estar mal, produce más presión, incluso estrés a la persona que la sufre. Además, tenemos el derecho de estar tristes en algún momento de nuestra vida.

Esta incomprensión puede conducir a un aumento del sufrimiento, incluso a la culpabilidad por estarlo. Por eso, hay que ser comprensivos cuando nos encontramos delante de alguien que está triste, ya sea porque nos lo cuenta o porque refleja señales en su lenguaje corporal. Debemos aprender a tolerar que es una emoción como otra, y que cuanto más ayuda reciba la persona, antes mejorará.

Para conseguir entender cada vez más la tristeza, es aconsejable empezar desde la infancia. Los niños deben saber que pueden expresar una emoción y explicar la situación que la ha producido, porque le vamos a dar apoyo e incluso le podemos poner un ejemplo de un momento en el que nosotros también la hemos sentido. Así se llegarán a normalizar las emociones, comprendiendo que todos las tenemos.

Aunque no entendamos el motivo de la tristeza, debemos respetarlo, preguntar en qué podemos ayudar y dar nuestro apoyo en esta situación. Es imprescindible tener presente que el entorno de una persona acompaña en el proceso de mejorar o empeorar dependiendo del apoyo que reciba.

En opinión del Dr Carbonell, consejos simples y sencillos son de gran utilidad para entender mejor a los demás y por extensión a uno mismo, frente a la tristeza tener apoyo o apoyar es fundamental… En el caso de que la tristeza sea persistente es importante recurrir a un profesional de la salud mental para impedir que vaya a más o empeore.

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