Sostenibilidad de cartón piedra (reciclado)

Este libro no deja títere con cabeza, pues la sostenibilidad ha sido metamorfoseada en una brújula rota, traicionera y embelesadora, que nos hunde en una especie de ilusión de control

Andreu Escrivà. |

Andreu Escrivà. | / Miguel Ángel Montesinos

Marc Masmiquel Mendiara

Este es el problema: la banalización del concepto, del epíteto sostenible, que se ha convertido en un cliché que siendo rigurosos no nos sirve de mucho, de hecho, al pervertir su significado ha inducido una gran confusión que nos hace pensar que si algo es sostenible representa que «cuida del planeta». Pero naranjas de la China. Vivimos en alerta climática, y esa espada de Damocles que tritura los límites de los ecosistemas es el lobo que viene al que no hay que vestir con piel de cordero sostenible.

Andreu Escrivà es ambientólogo valiente, investigador nato, escritor y ensayista valenciano sin pelos en la lengua. Explora temas relacionados con la ecología política, la sostenibilidad, la justicia social y los sistemas económicos.

Este libro no deja títere con cabeza, pues la sostenibilidad ha sido metamorfoseada en una brújula rota, traicionera y embelesadora, que nos hunde en una especie de ilusión de control: esa tendencia del ser humano a creer que puede controlar o influir, en las consecuencias que claramente no puede controlar ni influir, al menos en los términos en los que se está intentando arreglar el problemón climático. No disimularé, mi particular simpatía hacia Escrivà, con quien me siento muy identificado, hace 29 años leí un informe del Worldwatch Institute sobre el estado ambiental de diferentes aspectos de biomas clave, fue una lectura puñetazo en la cara. Y ese mazazo claro acerca de la poca valentía analítica que iba viendo en la filosofía política más ambiental y sensible con los ecosistemas nos catapulta hasta el pugilístico libro de Escrivà. Bueno, eso es así. Vamos a desgranar el engaño hipnotizador de los mantras de los fariseos y sus falsas promesas de cambio.

En una reciente entrevista, cuando le preguntan al ensayista si nos han colado un gol con esto de la sostenibilidad es directo y claro: “Lo que me he encontrado es que al final todos los esfuerzos sostenibilistas del capitalismo lo único que tratan es de sostener la situación actual, que es insostenible e indeseable. Aunque pudiéramos hacer lo mismo que hacemos ahora, pero con menos impacto ambiental, no debiéramos querer mantenerlo, ¿no? La sostenibilidad nos da la ilusión de que podemos seguir con todo esto. Incluso ayudando al planeta, que es una frase que a mí me perturba particularmente: compras algo y no es que no le haces daño, es que le ayudas”.

Les sonará más de uno de estos conceptos, cargados de anglicismos para que suenen mejor, patrocinados por grandes grupos empresariales como la nueva economía circular, o la afamada neutralidad de carbono, o las bondades del coche eléctrico (de 60.000€), o las “revolucionarias” finanzas verdes… son solo algunas de las mentiras terminológicas tan en boga y patrocinadas por multinacionales de turno. A fin de cuentas: mercadotecnia empresarial e institucional, mercadeo, vender la moto, hacer negocio del cataclismo climático y de los excesos productivos, y eso de un modo circular, es decir, sin parar la maquinaria.

Para construir un mundo nuevo y recuperar el futuro necesitamos: desmontar los andamios económicos, ambientales y sociales sobre los que se asienta el desarrollo sostenible. Solo así seremos capaces de planificar un bienestar compartido y democrático, en el que decidamos por dónde transitar dentro de los límites de lo posible, sin ser deslumbrados por el brillo cegador de las promesas vacuas de la sostenibilidad del brindis al sol.

El concepto de desarrollo sostenible es un oxímoron de manual. Y la sostenibilidad “a secas” es un término vacío que oculta la naturaleza de los problemas planetarios que nos pondrán como un pollo al ast. Escrivà sostiene que el enfoque en la sostenibilidad ha llevado a una «ecologización del capitalismo», en la que se intenta conciliar la protección del medio ambiente con el crecimiento económico y la búsqueda del beneficio empresarial, términos antagonistas, solucionar el exceso de emisiones electrificando la flota de transporte es una pura fantochada. Según el autor, esta aproximación no es suficiente para abordar los problemas sistémicos que enfrentamos, y propone una visión mucho más radical y transformadora. Sostiene que el greenwashing es una siniestra forma de engaño que busca crear una imagen de sostenibilidad sin abordar realmente los problemas fundamentales que enfrentamos en términos de cambio climático, agotamiento de recursos y desigualdades sociales. En lugar de soluciones superficiales y cosméticas, el autor aboga por un cambio revolucionario en nuestras formas de producción y consumo, y por un compromiso político y social para abordar las causas profundas de la crisis sin igual a la que nos vamos a estrellar y nos la comeremos con patatas (transgénicas).

Contra la sostenibilitat | Andreu Escrivà. Sembra. 232 págines. 17 euros.

Contra la sostenibilitat | Andreu Escrivà. Sembra. 232 págines. 17 euros. / Marc Masmiquel Mendiara

En su ensayo, que es especial y necesariamente irreverente, Escrivà aborda una amplia variedad de temas, desde la crítica al uso de tecnologías verdes hasta la reflexión sobre la importancia del activismo científico. Un libro provocador y desafiante que invita a repensar nuestros enfoques sobre el medio ambiente y la justicia social, ya que no hacemos ni puñetero caso, y por eso necesitamos desmantelar esta patraña de sociedad tecnócrata que no soluciona más que sus intereses mercantiles, y corporativos. Al hilo, en 1996 entrevisté a Noam Chomsky, y me llamó la atención su especial fijación con la mentira y la manipulación de los grandes mercaderes. En mil aspectos el enfoque de Escrivà nos acerca a una necesidad urgente de un escepticismo sano frente a la afamada sostenibilidad, ese comodín que se planta en cualquier conversación (o simposio) frente a la incómoda perdida de biodiversidad, calentamiento del Mediterráneo, éxodos climáticos, los puntos sin retorno, los hechos parametrizados y objetivos de que, por muchos foros internacionales, quesitos de colores de los ODS y normas ISO y AENOR, nos hemos pasado y mucho.

Los límites del crecimiento que nunca escuchamos ahora nos abofetean y lo seguirán haciendo. Acción climática, nada de sostener canapés ecológicos mientras el mundo arde y la atmósfera colapsa. Ahora que se vienen elecciones, salid corriendo a comprar y leer este libro, inmunizad vuestras mentes ante la tormenta de topicazos que se aproximan. Sed temerarios, y no tengáis miedo por llevar la contraria al mainstream de la sostenibilidad hueca de los mercaderes. Gracias Andreu.

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