La receta de la sopa primitiva

Nada más polivalente y efervescente que la vida. Pero, las definiciones no dejan de ser acotaciones conceptuales, en marcos de conocimiento concretos. Es fácil quedarse sólo con una idea fisiológica: donde lo vivo es aquello capaz de llevar a cabo funciones como comer, metabolizar, excretar, respirar, moverse, crecer, reproducirse y responder a estímulos externos, que no es moco de pavo. ¿Cómo será la “receta” del caldo primigenio de la vida?

Bajo un prisma bioquímico, la cosa empieza a ponerse interesante, y vemos que todo organismo vivo contiene información hereditaria y reproducible. Su lenguaje está codificado en los ácidos nucleicos, los cuales controlan el metabolismo celular (los cambios químicos en la célula a fin de proporcionar energía y todo lo que requiera). Ese metabolismo es posible por unas proteínas denominadas enzimas que catalizan –o inhiben– las diferentes reacciones biológicas. En fin, una especie de mecano multipropósito y adaptable, terriblemente juguetón y creativo en sus ansias de homeostasis.

Juli Peretó, autor de Un planeta creatiu, es catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universitat de València. Científico, pero ante todo un gran curioso que nos echa un cable para discernir, desde un encuadre evolutivo y de la biología de sistemas, qué narices es la vida… y sobre todo en qué condiciones mínimas es posible. Una cuestión muy vigente, ahora que como especie arrasamos con la biodiversidad como si no hubiese mañana.

Einstein jugueteaba con la idea de qué puede saber el pez del agua donde nada toda su vida, Peretó rasca en el origen y la evolución temprana de la vida, la historia de las ideas sobre el origen natural y la síntesis artificial de la vida.

Desde los albores de la vida, esta ha ido amoldándose a las condiciones ambientales: de primitivas células procariotas a eucariotas, de organismos unicelulares a multicelulares. Diferenciación celular y de esta diferenciación celular la película de la vida enriquece su argumento, borbotea la evolución biológica: vegetales, invertebrados, peces, anfibios, reptiles, mamíferos, pájaros, millones de especies. Y en esa gran familia donde la taxonomía nos hace a todos hermanos, aterrizamos en la escena actual. Ignoramos los detalles del origen de la vida, pero observamos la metamorfosis de un sistema químico autosostenible incansable.

Peretó nos ayuda a recrear los primeros pasitos químicos en las primeras comunidades de células. Explora la biología sintética, e indaga en el potencial de la química para transformarse en vida, y no es una película de ciencia ficción, es ciencia, que ayuda a diseñar y construir células vivas muy simples, poniendo a prueba nuestros tabús y creencias acerca de la naturaleza misma, hipotetizando en el cómo surgió la vida desde el barro primigenio, desde la química desnuda de la tierra arcaica, hace 4 mil millones de años.

Esta obra muestra lo que sabemos sobre la emergencia natural y la fabricación artificial de la vida, así como el despliegue de la complejidad biológica en el planeta. Para algunos la creatividad es conectar cosas, y es lo que la bioquímica estudia, una especie de mascletà, donde el carbono y sus enlaces covalentes han montado un volcán de biodiversidad y diversión. Además, el autor de este libro, gran divulgador, da una charla (hoy, día 30 de marzo, a las 19 h en el CaixaForum de Palma), por eso necesitamos, seguir aprendiendo, sorprendiéndonos y sentir la creatividad aplicada de la vida, materializada en el planeta que nos sostiene.

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