Cómic

Un niño y su piedra

Si duda respecto a sus capacidades ópticas ya no es necesario que vaya al oculista. Basta con que intente leer este tebeo. Si lo consigue le felicito, tiene usted una vista de lince, amigo

Un niño y su piedra

Un niño y su piedra / Florentino Flórez

Florentino Flórez

Esta es la principal pega que se le puede poner a esta «casa elevada»: Sus textos tienen un cuerpo ridículo, desentrañar lo que ocultan sus bocadillos se convierte en tarea casi imposible y les confieso que todos, lo que se dice todos, no me los he leído. No lo he conseguido. Aparte de ese problema, que no es menor, su lectura llegar a ser muy disfrutable. Recuerdo comentar con Gilbert Shelton el problema de la reducción de textos. Sus planchas de los Freak Brothers se publicaron primero en periódicos universitarios, de formato grande. Y luego se redujeron a más de la mitad del tamaño original para agruparlos en los conocidos volúmenes editados por Rip Off Press, la editorial del autor. Con lo que bocadillos perfectamente proporcionados al principio, se convertían en auténticas miniaturas después. Como él decía con sorna «los jipis tenían muy buena vista». Pues eso: viejales, abstenerse.

El guionista Mike Carey es un viejo conocido que tuvo la mala suerte de llegar justo después de algunos fenómenos como Gaiman o Ennis, razón por la cual algunos no le prestamos la atención que quizás merecía. Lo cierto es que The Highest House es una fantasía muy entretenida y llena de momentos entrañables, construida a la manera de un cuento clásico. El protagonista es vendido como esclavo y acaba trabajando en esa casa elevada del título, aprendiendo el oficio de techador. La historia se concentra en su lento y progresivo ascenso social. El héroe esconde algunos secretos, como su relación con una forma primigenia que se comunica mentalmente con él. Llega con esa roca mágica a un acuerdo que incluye varias condiciones. El lector se pregunta desde el principio dónde está el truco y cómo se las apañará el muchacho para que ese poderoso ente no le time. También establece una alianza con otro de los habitantes del castillo, un poderoso mago que actúa un poco como su mentor. De manera muy natural y fluida el chico va madurando, enfrentándose a algunos enemigos y tejiendo nuevas alianzas. Por el camino consigue que liberen a su maestra techadora, que queda en deuda con él. Y se enamora de la princesa, lo que dará lugar a una de las secuencias más fascinantes del relato, un pasaje de transformación y crecimiento donde el héroe descubrirá nuevas realidades que desconocía. Toda la parte final se dedica a la vuelta al hogar, donde el protagonista espera encontrar a su hermana ciega y curarla gracias a una piedra mágica que ha conseguido. Como en tantas ocasiones a lo largo de esta saga, las cosas no salen como estaban previstas.

CAREY Y GROSS. The Highest House. Planeta, 188 páginas, 18,95 €.

CAREY Y GROSS. The Highest House. Planeta, 188 páginas, 18,95 €. / Florentino Flórez

El dibujante Peter Gross es un autor limitado y sus personajes pueden resultar un poco envarados. Pero cumple con creces respecto a lo que el relato le exige. Buenos ambientes, una narrativa correcta y una entretenidísima estructura de página, con variaciones constantes de las relaciones entre viñetas. Además las portadas de Yuko Shimizo (que se incluyen al final) son excelentes. La contenida gama de color que aporta unidad al conjunto es adecuada y acompaña bien a la historia. La narración tarda un poco en encontrar el ritmo adecuado pero después funciona muy bien, así que les aconsejo un poco de paciencia porque luego se encontrarán con pasajes muy atractivos.

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