¿Acaso constituye la gentrificación la única solución viable para los barrios abandonados? ¿ O quizá solo sea el argumento que se repite desde algunos sectores con el objetivo de legitimar uno de los principales mecanismos contemporáneos de gestión urbana neoliberal, enmascarada bajo conceptos ambiguos como regeneración, revitalización o renacimiento? Estas son algunas de las preguntas que se plantea y analiza el doctor en sociología Jorge Sequera en su ensayo Gentrificación, publicado por Catarata.
Las nuevas clases medias, atraídas por la mezcla social, la escena alternativa o el imaginario de la cultura popular escogen barrios desvalorizados convirtiendo de forma rápida el deterioro urbano en un producto chic. Hackney (Londres), Tribeca (Nueva York), Sant Antoni (Barcelona) o la cercana zona de Santa Catalina (Palma) son algunos de los barrios que están pasando por este proceso de gentrificación y son cuatro las características fundamentales que lo definen: la reinversión de capital; la entrada de grupos sociales con mayor capital económico y cultural; los cambios en el paisaje urbano y, por último, el desplazamiento directo o indirecto de la población de bajos ingresos.
Sequera define tanto aspectos positivos como negativos de este fenómeno, haciendo hincapié y reforzando a estos últimos. Así, a pesar de la revalorización de la ciudad o el embellecimiento de los barrios, el autor critica cómo estos núcleos pierden su autenticidad y su singularidad, mientras su gente, la autóctona, es desplazada con profundas secuelas psicológicas, físicas y emocionales.
La ciudad de Palma quizá viva ahora su etapa más intensa en este sentido, como consecuencia de las operaciones inmobiliarias, la turistificación o distintos proyectos públicos. La gentrificación se manifiesta con mayor intensidad en determinados barrios como El Terreno, Santa Catalina o zonas del centro histórico como La Lonja, haciéndose extensivo a las zonas de Es Molinar o Son Espanyolet, núcleo cuyos intereses lleva defendiendo desde hace ya varios años la plataforma Salvem Son Espanyolet.
