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Música vista | El misterio de “La Argentinita”

Paulina Fariza recupera con La vida encontrada de Encarnación López a una artista fascinante

La Argentinita

Paulina Fariza Guttmann se suma en La vida encontrada de Encarnación López. La Argentinita al fenómeno de recuperación de mujeres para el mundo de la cultura. Un libro que recoge fragmentos de documentación a su alcance para indagar en su figura y unirlos de forma plausible. Una lectura esclarecedora y vibrante que es biografía, propuesta literaria e investigación periodística y documental. ¿Por qué se sabe tan poco de La Argentinita?, se pregunta la autora. “Es una artista que cultivó las variedades desde muy pequeña. Destacaba como bailarina, cantante e imitadora, pero con una gran ambición artística y talento. Con veinte años fue también actriz en el teatro Renovador del Arte de Gregorio Martínez Sierra y María Lejárrega. Allí fue donde conoció a Federico García Lorca y encarnó el papel de Mariposa Blanca en El maleficio de la Mariposa, la primera obra teatral del poeta”.

Entre ellos, recuerda la autora, “surgiría una gran amistad y ganas de colaborar. En 1931, grabarán el repertorio que se conoce como Canciones Populares Españolas, un éxito discográfico inmediato, gracias en gran parte a la gran popularidad de La Argentinita, que ‘La Voz de su Amo’ editó en cinco discos de gramófono. El Anda Jaleo, Los Cuatro Muleros, En el Café de Chinitas, entre las canciones más conocidas de la colaboración, tiene a Encarnación López como cantante mientras que, al piano, Lorca desgrana sus arreglos en un acompañamiento acorde con el legado popular, del que es gran conocedor y valedor. El resultado, además de ser el único documento sonoro que el poeta acompañó, es sobrecogedor”.

En la vida de La Argentinita, protagonista de grandes pasiones, hay varios hitos artísticos, “como el de la creación de la Compañía de Bailes Españoles, una compañía en la que, con el apoyo de Ignacio Sánchez Mejías en la producción y dramaturgia, incorporó el flamenco más auténtico en sus coreografías por primera vez sobre las tablas, algo que hasta entonces no había sucedido. Tres grandes bailaoras de los cafés cantantes: La Macarrona, La Fernanda y la Malena, leyendas del baile, que sufrían desde los años 20 el declive de esas tabernas flamencas, se embarcaron en una nueva versión de ‘El amor brujo’ junta a ella. El éxito fue atronador. El público veía por fin la representación del baile español, sin aditamentos ni estilizaciones a lo Merimée, en un espectáculo coreografiado, acompañado de una escenografía vanguardista”. Tras la guerra civil la artista se codeó con las grandes figuras de la danza internacional y triunfó en los grandes teatros de Argentina, México y Estados Unidos. Fariza ofrece reveladores descubrimientos que llevan al lector a reinterpretar La edad de Plata en clave de mujer, de flamenco y, sobre todo, en clave de danza.

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