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Jaque a la cámara

La serie Gambito de dama ha resucitado la afición por el ajedrez, un juego/deporte nunca orillado por el séptimo arte. Recordemos un puñado de películas y escenas indelebles

Jaque a la cámara

El ajedrez en primer plano

Buscando a Bobby Fischer (Steven Zaillian, 1993). Especialista, como guionista, en adaptaciones (La lista de Schindler el mismo año, Despertares el año previo) Zaillian se animó a dirigir las tribulaciones del niño prodigio Joshua Waitzkin, uno de los miles de jóvenes que quisieron emular a Bobby Fischer. La película explora la cara B de ese boom. El afán de muchos padres, y no pocos entrenadores, por obtener una gallina de oro a cualquier precio, privando a los niños de madurar gradualmente.

Juego de reyes (Gerd Oswald, 1960) Principal adaptación de la Novela de ajedrez de Stefan Zweig (recientemente reeditada por Acantilado). Hay además una tvmovie húngara del año anterior y se anuncia otra (dirigida por Philip Stoltzl) para 2021. Historia corta y contundente: un preso de la Gestapo recibe tortura no física sino psicológica, aislamiento total. Logra robar un librillo de ajedrez y aprende solo. Las escenas del orfanato de Gambito de dama se han inspirado en esta película con toda probabilidad. Como es muy difícil de visionar el filme recomiendo encarecidamente la novela de Zweig.

La defensa Luzhin (Marleen Gorris, 2000). Adapta una novela de otro grande, Nabokov. El libro se remonta a 1930 y se inspiró a su vez en una película muda de Pudovkin, La fiebre del ajedrez (1925, con aparición del mítico Raúl Capablanca). La película de Gorris merece solo un aprobado, con mérito adicional de los actores John Turturro y Emily Watson.

Volviendo con Bobby Fischer, el irrepetible jugador del que también han libado los creadores de Gambito de dama, dos reseñas más. El caso Fischer (Edward Zwick, 2014) Aunque se toma pequeñas licencias creativas sobre detalles de la vida del jugador y sus rivales, hurga en el dilema que afrontaron sus colaboradores: ¿Debían intentar atajar su deriva psicológica? ¿Se esfumaría entonces su genio ajedrecístico?

El documental Bobby Fisher against the world (Liz Garbus, 2011) encara una paradoja: como esquivar el estereotipo del genio desequilibrado mentalmente con un sujeto que fue uno de los paradigmas de esa bipolaridad. Garbus logra profundizar, mostrar matices, con rigor y humanidad.

El ajedrez como metáfora o arma de seducción

El séptimo sello (Ingmar Bergman, 1957). Como buen hijo de un párroco, Bergman jamás dejó de cuestionar su fe y la fe en general. Ambientó este filme en el siglo XIV, más onvulso, por poco, que el XX y lo que llevamos del presente. La metáfora de una personificación de la muerte jugando con el agotado caballero la obtuvo el cineasta de un fresco del siglo XV de Albertus Pictor. Película densa, obra maestra a la que nunca vencerá el paso del tiempo.

El caso Thomas Crown (Norman Jewison, 1968). Olviden el remake de 1999 y quédense con una secuencia, la más memorable del filme. Steve McQueen seduce a Faye Dunaway frente al tablero cuadriculado con juguetona banda sonora de Michel Legrand de fondo, rematado con “juguemos a otra cosa”. La escena suelta está disponible en Youtube.

Es probable que esta fiebre por el ajedrez sea temporal. Es más improbable que el cine pierda el interés por esta disciplina, ya que mantiene una reserva suficiente de historias y personajes interesantes por explotar.

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