El lunes 17 el editor mallorquín Andreu Jaume habló en el CaixaForum de Palma (el Gran Hotel) de Shakespeare: de la comèdia a la tragedia. Apabullante lo que sabe este hombre del mago de Stratford (una delicia de rincón británico, dicho sea de paso) y de cómo evolucionó de epígono de Marlowe a médium de la desesperación humana, que dejó transcrita a trallazos en El rey Lear. La misma pieza que Núria Espert eligió para recitar unos fragmentos, en catalán, al recoger su Premio Princesa de Asturias.
En esa misma maravilla modernista de la plaza Weyler continúa la exposición dedicada a Baltasar Porcel, así como las actividades correspondientes. El vecino de aquí arriba Biel Mesquida y el estupendo actor Carles Molinet interpretan esta tarde (jueves 27, 19 horas) una lectura dramatizada, dirigida por Pau Carrió, de la correspondencia que cruzaron Llorenç Villalonga y el escritor de Andratx.
El viernes 21, en La Biblioteca de Babel, fue un gusto presentar a la psicoanalista y escritora Mónica Unterberger y su libro Cartas de amor y ausencias, publicado por Lituralia. Nutrido auditorio, compuesto tanto de seguidores de la poesía como del psicoanálisis. Una simbiosis tan entretenida como estimulante. Este próximo miércoles, 2 de noviembre, toca la tercera sesión del ciclo de la Universitat de les Illes Balears Crisi? Quina crisi? en el Teatre Municipal Catalina Valls (Passeig Mallorca, 9, Palma), con la proyección de Los lunes al sol (2002), de Fernando León de Aranoa, a cargo de unos fabulosos intérpretes encabezados por Javier Bardem, Luis Tosar, José Angel Egido y Nieve de Medina. La película se rodó en Vigo, una
ciudad donde cantan las gaviotas. Desde el transbordador que cruza su ría y que aparece en la película he visto saltar a los delfines.
Para este Halloween sigo sin decidirme por un atuendo acorde con lo que la actualidad cultural nos depara. Todavía dudo entre el de académico ávido de polémica, el de estatua ecuestre de dictador descabezada (ése tiene su punto inquietante), el de caminante blanco de Juego de tronos o el de Bob Dylan escondiéndose de la academia sueca. No sé, no sé
