Fútbol

Ingo Volckmann, el triturador de banquillos del Atlético Baleares

Durante el mandato de Volckmann hasta quince entrenadores han pasado por el club blanquiazul desde 2014, a la espera de la rescisión del contrato de Onésimo y la llegada de Tato García como relevo procedente del Santanyí

Volckmann, en una imagen de archivo, dirigiéndose a los medios a la salida del aparcamiento del Estadi Balear en su coche particular.

Volckmann, en una imagen de archivo, dirigiéndose a los medios a la salida del aparcamiento del Estadi Balear en su coche particular. / B.RAMON

Pau Ferragut

El relevo de Onésimo Sánchez en el banquillo del Atlético Baleares va cogiendo forma de culebrón. Si en la tarde del lunes Ingo Volckmann tomó la decisión de despedir al técnico vallisoletano, después de perder con el Cornellà (2-3) veinticuatro horas antes y seguir en zona de descenso tras seis jornadas en el cargo, a última hora del martes seguía la entidad balearica sin poder oficializarla.

La falta de acuerdo a la hora de rescindir el contrato es el principal escollo. Onésimo no cede, en su legítimo derecho, a perdonar ni un solo céntimo de lo firmado hasta final de temporada con el club que preside el alemán y del cual es también el máximo accionista. 

Una vez resulta la vinculación entre ambas partes, la idea de Volckmann y la dirección deportiva, encabezada por el también germano Patrick Messow, era la de ofrecerle a Tato García la oportunidad de dar el salto a la categoría de bronce del fútbol español.

Pero en su actual club, el Santanyí de Tercera División y que es filial balearico, no ven con buenos ojos que su entrenador abandone sus labores en plena lucha por ascender a Segunda RFEF. Misma categoría en la cual, por cierto, el Baleares corre serio peligro de bajar si no endereza su rumbo de resultados recientes.

Desde el desembarco de Volckmann como propietario de la SAD blanquiazul, en verano de 2014, el eslabón más débil de la mala gestión deportiva ha sido siempre la del entrenador de turno. Desde Nico López hasta el propio relevo de Onésimo habrán pasado hasta quince inquilinos por la silla eléctrica en la que se ha convertido el banquillo de Son Malferit, primero, junto al del Estadi Balear desde 2019.

El técnico inquer fue la primera víctima al ser cesado de sus funciones en la vigésimo primera jornada del curso 2014-15 tras perder en Xàtiva y verse el equipo en zona de descenso. Llegó el argentino Gustavo Siviero, en una segunda etapa en la Via de Cintura, para salvar al Atlético Baleares. Pero apenas resistiría catorce semanas en el curso 2015-16 ante las exigencias de pelear por la parte alta de la tabla por parte de la propiedad teutona. Precisamente un compatriota de Volckmann y Messow, el exfutbolista internacional Christian Ziege, aterrizó en la isla. Su éxito fue conquistar la Copa Federación imponiéndose en la final al Rayo Majadahonda. A pesar del título nacional, su crédito se agotó en la temporada (2016-17) a nueve jornadas del final. El albaceteño Josico Moreno le sucedió y los balearicos alzaron el vuelo llegando al penúltimo peldaño del play-off de ascenso a Segunda División contra el Albacete.

La forma de caer en la prórroga en el Carlos Belmonte colmó la paciencia de Volckmann, quien no renovó a Josico para la campaña 2017-18 y optó por un desconocido Armando de la Morena procedente del fútbol formativo del Atlético de Madrid, club con el cual Messow había firmado previamente un acuerdo de colaboración. La apuesta no pudo salir peor y la inexperiencia del madrileño fue un lastre en el rendimiento del equipo que el presidente solamente consintió hasta la decimosexta jornada de ese curso.

Lejos de la pugna por el ascenso, un hombre de la casa como el Horacio Melgarejo tomó las riendas del primer equipo. El argentino tuvo que abandonar su cargo en la vigesimocuarta jornada con el equipo en zona de descenso. Fue entonces cuando entró en escena Javier Mandiola. Apodado como ‘Manix’, el vasco supuso un soplo de aire fresco. Su filosofía y trayectoria en el fútbol de bronce le avalaron como el técnico que más tiempo ha logrado mantenerse en pie, durante 89 partidos consecutivos en Segunda B, a lo largo de la década comandada por el accionariado alemán.

Mandiola fue etiquetado como ‘hombre milagro’ por los balearicos. Esa temporada 2017-18 salvó los muebles con una agónica permanencia que se presumía imposible, con nueve puntos de desventaja a falta de diez jornadas. Lejos de conformarse, el eibarrés conquistó dos títulos ligueros consecutivos del Grupo III (2018-19 y 2019-20) quedándose a las puertas del ascenso a Segunda frente a Racing de Santander, Mirandés y Cartagena.

Intocable Jordi Roger

La incompatibilidad de temperamentos entre Volckmann y Mandiola propició la llegada de Jordi Roger. La figura del catalán ha logrado sobrevivir dentro del organigrama de la entidad desde 2020 como hombre de máxima confianza del germano alternando el banquillo y la secretaría técnica. Desde el primer cese de Roger, ni su asistente Xavi Calm, Eloy Jiménez y su segundo David Sierra, ni el propio Onésimo Sánchez han logrado saciar la obsesiva ambición de resultados del dueño.