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Primera RFEF

La involución del Atlético Baleares

El conjunto blanquiazul tira por la borda la primera mitad del curso y acumula dos años quedándose fuera del playoff de ascenso

Ingo Volckmann, junto a Patrick Messow. ATB

El Atlético Baleares va cuesta abajo. Cuanto mayor es la inversión realizada, peor se han hecho las cosas. Cuando menos era la presión por subir, mejor salían las cosas. De nuevo, como el año pasado, el conjunto blanquiazul se ha quedado fuera del playoff de ascenso. Y lo ha hecho tras dilapidar una gran primera parte de curso, redondeada con una actuación histórica en la Copa del Rey. 

Parece increíble que su temporada se acabara este sábado habiendo estado solo cuatro jornadas de treinta y ocho fuera de los puestos de playoff. Pero también lo fue liquidar al entrenador a un partido del final, ser incapaz de ganar a un descendido UCAM Murcia cuando tenía en su mano dejar sentenciado su pase a las finales en Galicia o dejar de competir lejos del Estadi Balear. 

Muchos fichajes llamados a brillar no han dado la talla como Hugo Rodríguez o Vinicíus Tanque. Y desde la dirección deportiva los males siempre han estado en el campo o en el banquillo, nunca en los despachos.  

Con el paso de los meses, el rumbo de la nave blanquiazul ha ido zozobrando, especialmente tras la Copa del Rey. Porque antes de hacer historia en el torneo del KO, el Baleares se paseaba con tranquilidad por la parte alta de la tabla, acechando la primera plaza y dejando claro que la inversión realizada por Ingo Volckmann iba por buen camino. De hecho, no perdió su primera partido hasta la jornada 10. Y la segunda no llegó hasta diciembre. 

Pero tras caer ante el Valencia, el equipo empezó a bajar el nivel. Al margen de las lesiones, que es algo inherente al deporte, el Baleares empezó a cosechar malos resultados –once puntos de treinta posibles– llevándose por delante a Xavi Calm, segundo de Jordi Roger en su primera etapa como entrenador, cuando era cuarto en la tabla y a seis puntos del líder. 

El elegido para sustituirlo fue Eloy Jiménez. El manchego no encontró nunca la manera de hacer funcionar al equipo, que si bien se mantuvo en la pelea, daba muestras de caer en cualquier momento. Y a falta de una jornada, se decidió sus destitución cuando estaba casi todo el pescado vendido.

Un movimiento sorprendente y que sonó a improvisación de cara a la galería. El Atlético Baleares suma de nuevo otro año sin posibilidades de ascenso. Por suerte, la paciencia de Ingo parece no agotarse. Al menos todavía.

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