El Atlético Baleares se mete en un lío tras perder ante el Albacete

Los males que aquejaban al equipo con Xavi Calm se han vuelto a reproducir con Jiménez, que todavía no ha dado con la tecla para ofrecer una imagen competitiva lejos del Estadi Balear. El equipo ha mostrado una imagen frágil, desacertada con el balón y endeble en defensa. Los locales, un equipo mucho más hecho, ha jugado a su antojo ante la falta de contundencia y peligro llevada por los blanquiazules.

El Atlético Baleares no ha salido al campo en la primera parte con el nivel que reclamaba el rival, el escenario y la situación en la tabla. Los locales, muy cómodos a la hora de sacar el balón desde atrás, encontraban siempre el espacio entre las separadas líneas blanquiazules.

Y es que a los de Eloy Jiménez les ha costado entender cómo neutralizar el fútbol de los de Rubén de la Barrera. El conjunto manchego apuesta por la construcción del juego empezando por el propio portero, sin rifar balones y asumiendo riesgos. El Baleares ha arrancado el partido situando al equipo en una presión medio-alta, que ni incomodaba en ataque ni les protegía en la retaguardia.

Los locales, sabedores de que un triunfo les colocaba de nuevo en el liderato de la tabla, han salido buscando el gol de manera rápida. Ha avisado primero a los tres minutos con una chilena de Dani González que ha obligado a lucirse a René Román. Y tres minutos después, aprovechando la indolencia en el centro del campo, Fuster ha filtrado un pase medido para González, que ha batido por bajo a René.

El peor escenario posible ya se había cumplido cuando el reloj no había alcanzado el minuto diez. Una ocasión de Olartuoa de cabeza, la más clara de la primera mitad, parecía espabilar a los de Eloy, pero la superioridad de los locales ha sido manifiesta, aprovechando que la línea defensiva era un flan cada vez que los locales se acercaban al área.

El conjunto manchego se sentía muy cómodo tanto con balón como sin balón. La pronta ventaja ha variado sus planes y han decidido atrasar líneas, aprovechando la errática presión visitante para amenazar al contrataque. Tan solo los errores en la salida de balón han provocado que los blanquiazules se acercaran a la portería local, pero la toma de decisiones no ha sido buena.

Así, con el Baleares en un quiero y no puedo, se ha ido consumiendo la primera parte con la sensación de que el si el Albacete hubiese sido más certero en sus aproximaciones al área la ventaja se ampliaría.

Tras el descanso, el plan del partido no ha variado y Eloy Jiménez ha tomado cartas en el asunto. Ha quitado del campo a un inoperante Vinicius Tanque para darle entrada a Dioni, que ha regresado tras varias semanas lesionado. El delantero brasileño es una sombra del futbolista que fue la temporada pasada y este año se le recuerdan muy pocos partidos donde haya ofrecido el nivel necesario.

Como era de esperar, el Baleares ha empezado a tener más posesión, ante un Albacete que poco a poco iba reculando para proteger su ventaja, pero sin renunciar a lograr el segundo. El centro del campo blanquiazul, con Alfonso y Petcoff superados, no podían con el talento de Riki y Fuster.

El partido, a falta de veinte minutos para el final, ha entrado en una fase de interrupciones continuas, impidiendo que cualquiera de los dos equipos propusiera un fútbol atractivo. Un plan que convencía a los De la Barrera, conformes con la ventaja, pero que desquiciaba a los visitantes, sabedores de que esta derrota les destrona por primera vez este curso de las posiciones de playoff.

Y si alguien ha estado cerca de marcar ha sido el Albacete, que se ha hecho con la posesión en el último tramo de partido. El Baleares se mostraba incapaz de hilvanar tres pases seguidos y los locales, en tres toques, se plantaban en área contraria. Tan solo el palo, en un remate a de cabeza sin oposición de Rubén Martínez ha impedido que el partido se acabara antes de hora.

Los visitantes la han tenido en un disparo de Cassio que ha repelido Bernabé en el primer tiro entre los tres palos de todo el partido.  El Atlético Baleares consuma una nueva derrota a domicilio, esta ante un rival directo, que les elimina ya salvo sorpresa por la pelea por el ascenso directo y les mete en un lío, fuera de las posiciones de playoff y con muchos equipos en la pomada.