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Artículos de Broma

Más fe, menos confianza

Ha aparecido un hueso de dinosaurio marino en los Alpes suizos, a 2.800 metros de altitud, lo que nos advierte de que hay que acostumbrarse a los cambios drásticos en el planeta, pero una cosa es que el suelo estuviera más abajo cuando no había humanos y otra que no sepas en qué mundo te vas a levantar cada mañana. En 70 años España pasó de la autarquía a la sociedad de consumo, de ahí a la europeización en el mundo bipolar y cuando se dio cuenta estaba en la globalización que ahora se contrae.

Se está rompiendo la globalización, que lleva 30 años inflándose, como se inflan las cosas, a base de optimismo. En los tiempos de la confianza global, China podía ser la fábrica del mundo, Rusia la bombona de gas de Alemania, Israel la proveedora de software espía y Estados Unidos mantenerse como el comandante en jefe del ejército occidental con sede en el Pentágono (Washington) y en Hollywood (California). Ahora vemos que no.

No puedes dejar el botón rojo al alcance del índice de Donald Trump, China no es una factoría suficiente para abastecer mascarillas, guantes, chips, tierras raras ni el tendero fiable de las mercancías de futuro y Rusia puede cerrar la llave del gas a la locomotora europea que es Alemania como Argelia puede hacerlo con el vagón turístico que es España.

El repliegue hizo rebrotar el proteccionismo en la proa liberal estadounidense, el autoabastecimiento de productos estratégicos en los países más capaces y ahora ceba la bestia de los populismos nacionalistas que invaden países vecinos, como sucede en Rusia, desprecian a los inversores extranjeros, como pasa en Iberoamérica, o expulsan a los inmigrantes, como ocurre en los países receptores.

Volvemos a una era de desconfianza entre las naciones pero mantenemos la fe en las tecnologías facilitadoras de esa globalización, vulnerables, manipulables y en manos de milmillonarios extravagantes más poderosos que los estados. Nos esperan muchos nervios hasta que seamos huesos.

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