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De los estudios de grabación Maller a La Capsa de Música

El nuevo edificio que albergará la Simfònica se está construyendo en la zona del Polígon de Llevant de Palma y está previsto que se inaugure a mediados del año próximo

Se ha ejecutado el 9% de las obras de La Capsa de Música en Nou Llevant. B. Ramon

Cuando se decidió crear una orquesta sinfónica profesional, en el año 1988, a través de un pacto entre Govern balear, Ajuntament de Palma y Consell de Mallorca, uno de los problemas que surgieron desde el principio fue el de encontrar un espacio para que pudiera ensayar la formación, que en aquel momento tenía una plantilla prevista de sesenta músicos. La cosa fue más fácil de lo que parecía en un principio, pues si bien se contemplaron algunas salas como la del teatro de la antigua Asistencia Palmesana, en la zona del Temple, o algunos almacenes en desuso como uno situado cerca de la calle Oms, al final la opción que pareció bien a todos los estamentos implicados fue el de los antiguos estudios de grabación Maller, ya que se dio la coincidencia de que Miguel Aller, el propietario, había dejado de utilizarlos.

Con el sello Maller habían sacado discos grupos de música popular como S’Estol des Gerricó de Felanitx, cantautores como Maria del Mar Bonet o Tomeu Penya, grupos de música pop como Los Massot, solistas clásicos como Gabriel Estarellas e incluso tonadilleras como Isabel Pantoja.

Así que, después de algunos meses de negociaciones entre la Fundació Pública de la que dependía la orquesta y el dueño de los estudios, se materializó la compra del espacio situado en Son Dameto. Un espacio insonorizado en la planta baja y que además disponía de un primer piso para situar los despachos y oficinas. Realmente fue una suerte poder encontrar ese lugar, pues se pudo ocupar enseguida, casi sin reformas. Un año después, la Fundació Pública compró el solar colindante para poder tener un nuevo acceso al recinto, que facilitaría la entrada y salida de los instrumentos de percusión.

Todo muy bien hasta que, con el tiempo la orquesta fue creciendo y de los sesenta músicos iniciales, la plantilla aumentó hasta los más de setenta actuales y con el añadido de poder contar con la llamada Academia Simfònica, que permite aumentar hasta ochenta el número de profesionales y así poder abordar obras del repertorio para las que se necesita un numeroso grupo de instrumentistas, como las sinfonías de Bruckner o Mahler.

Recreación del edificio, que contará con una sala grande para conciertos de 700 plazas. EFE

Con esta nueva visión de la Simfònica, más grande en número, el espacio de los antiguos estudios de grabación fue quedando pequeño, no obsoleto, pero sí pequeño. Por tanto, fue necesaria la búsqueda de una nueva sede. De forma provisional se decidió alquilar la antigua discoteca Sonoteque, en el polígono de Son Castelló y que es, a día de hoy, donde se realizan la mayor parte de los ensayos. Pero, como es obvio, la cosa no podía quedar así de forma definitiva, con lo cual los responsables de la gestión artística y administrativa se pusieron manos a la obra para encontrar un nuevo espacio. Y así se llegó a la conclusión de que lo mejor sería construir uno nuevo, el que ahora está en fase de construcción y que se denominará La Capsa de Música, cuya finalización y estreno están previstos para mediados del año próximo, siempre que se cumplan los plazos que, como señala el jefe de administración, Tomeu Riera a este periódico, «se están cumpliendo rigurosamente, ya que en este momento llevamos ejecutado el 9% de toda la obra». Preguntado sobre la distribución del edificio, Riera explica que la Capsa de Música contará con una sala grande para ensayo y conciertos extraordinarios (de 700 plazas), salas para estudio y ensayo de pequeños grupos de cámara, el archivo y las oficinas.

Los estudiso de grabación Maller se quedaron pequeños. DM

El presupuesto global de la obra, que han diseñado los arquitectos Ignacio Prieto y Elena Fernández, asciende a casi nueve millones de euros, aportados unos del fondo del ITS (Impuesto de turismo sostenible), otros de fondos europeos FEDER y una menor parte de la Fundación privada Kühne.

El solar, situado en la calle Brotad de Nou Llevant de Palma, ha sido cedido, por cincuenta años, a la Orquestra por el Ajuntament de la capital. Después de este período el edificio revertirá a la ciudad.

Técnicamente, el edificio y, sobre todo, las salas de ensayo y audición, se están construyendo según los últimos criterios acústicos. Para ello se ha contratado un especialista para que revise paso a paso las medidas que se adoptan en la construcción. Una construcción que, según añade Pablo Mielgo, el director titular y artístico de la orquesta: «Será del todo sostenible, a través de sistemas de energía solar, y con tecnología de luz y sonido de última generación, lo que permitirá retransmitir en streaming cualquier evento».

Sala Sonoteque, donde la Simfònica ensaya hasta que se construya La Capsa de Música. Manu Mielniezuk

Para Mielgo, «La Capsa de Música es un sueño hecho realidad y una deuda resarcida con la Simfònica después de treinta y cinco años, pues será la primera vez que la formación contará con un teatro propio para incrementar la oferta cultural, divulgativa y pedagógica». En la misma línea se expresa Pere Malondra, el actual gerente de la Simfònica, para quien La Capsa de Música «será un espacio para la orquesta y además supondrá un impulso socio cultural para el área de Nou Llevant de Palma».

Pere Bonet, el anterior gerente y que vivió de cerca la elaboración de todo el proyecto declara que «fue una alegría poderme añadir al impulso institucional de la conselleria y del titular, Pablo Mielgo, para ayudar a convertir propuestas, ideas e iniciativas para esta nueva sede».

Pablo Mielgo (dcha.) y Pere Malondra en las obras. B. Ramon

Y ¿qué piensan los músicos de la Simfònica de este proyecto? Joan Barceló, trompa, se siente muy satisfecho por la iniciativa «ya que tener un lugar propio y con buena acústica es muy importante para el desarrollo de nuestro trabajo como músicos». En la misma línea se expresa el percusionista Armando Lorente, que cree recoger el sentir de todos los profesores de la orquesta: «Tener una sede propia en la que puedas estudiar, con un buen sonido, es imprescindible. Y además con ese espacio, la sociedad ganará en elementos culturales».

Una vez inaugurado el edificio, la pregunta que se plantea es: ¿Qué será de la antigua sede? Se barajan varias propuestas, entre las que están destinarla a actividades culturales, venderla o cederla a la comunidad a través de las Asociaciones de Vecinos.

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