Al pobre Felipe VI, al que sin duda yo votaría como presidente vitalicio de la Tercera República, le quieren liar. Menos mal que el muchacho es listo y la ha visto venir. Resulta que querían que Felipe se personase en la Expo de Dubai, a solo 130 kilómetros de Abu Dabi, donde vive su augusto (y angosto) papá. La jugada era chunga; si iba a Dubai y decidía visitar a su riquísimo padre, malo; si, en cambio, decidía no visitarlo, malo también. En el primer caso le llamarían desahogado y corrupto, y en el segundo caso le tildarían de mal hijo. Y bueno, el Emérito, rodeado de amigos de correrías, vive en un casoplón de 1.000 metros cuadrados construidos en Abu Dabi, en localización privilegiada, al lado del cual el Palacio de la Zarzuela parece la caseta del perro. En resumen, que pena no da y si viniera, Felipe perdería votos para ser presidente.
