Están la consellera de Salut y su marido empeñados en poner en marcha la Agencia de Salut Pública, una cosa que ya se le ocurrió a Pep Pomar cuando era director general de Sanidad con Aina Salom, pero que fue abortada, entre otras cosas, porque determinados románticos del PSIB de la época le sacaron los colores acusándole de intentar procurar una canongía a sus amiguetes del Insalud de la época, cuando tenía funcionarios apropiados para la tarea en su propia conselleria. Como la manita de Pomar es alargada, y es el que manda por encima de Vicenç Thomás, de Juli Fuster y, por supuesto, de la consellera, ahora vuelven a ponerlo en marcha. Eso sí, el PSIB actual es un pesebre de borregos, los amiguetes siguen estando y en la consellería de Salud hay más gente preparada que antes. Pero está hecho, el chanchullo está montado.
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