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Guías caninos, compañeros y amigos

Los perros adiestrados de la Policía y la guardia civil, esenciales para detectar drogas y explosivos o localizar desaparecidos, desarrollan una relación muy especial con sus guías

Así son los agentes caninos de la Policía y la Guardia Civil

Así son los agentes caninos de la Policía y la Guardia Civil

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Así son los agentes caninos de la Policía y la Guardia Civil Xavier Peris

Dakota no aparta la vista de Paco, su guía canino, mientras camina entre sus piernas, atenta a la menor indicación de cambio de dirección. Una palabra y se sienta en el suelo. Otra y salta a sus brazos. Paco sonríe orgulloso. Esta hembra de pastor alemán de seis años, adscrita al Grupo Cinológico de la Guardia Civil, es un ejemplo de la conexión que existe entre algunos de los perros adiestrados de los Cuerpos de Seguridad y sus guías. Son compañeros de trabajo, de juego y de vida. A veces los agentes ofrecen sus propios perros para el servicio, animales que conviven con sus familias. «Yo tengo dos en mi casa, y porque no me caben más», comenta Alberto, del Grupo de Guías Caninos de la Policía Nacional. Su última adquisición es Sisu, un cachorro de Springel Spaniel de tres meses, que concentra todas las miradas cuando lo saca de la furgoneta en la puerta de la Jefatura de Palma.

Aunque por ahora solo está interesada en jugar, Sisu está llamada a participar en grandes servicios en la detección de alijos de droga. «Mis hijas tienen tres y cinco años y están felices con ella, juegan y ya empiezan a educarla», prosigue Alberto. «Ahora lo más interesante es que socialice, que se acostumbre a la gente y no se ponga nerviosa con el ruido del tráfico o en el interior de un ascensor, por ejemplo». Alberto lleva doce años como guía canino de la Policía, pero antes ya trabajó con perros en el Ejército, en la Guardia Real. «Siempre me han gustado los perros y cuando me hice policía pensaba en entrar en esta unidad». Para ello tuvo que realizar un curso especial de formación en Madrid durante seis meses. El proceso es el mismo en la Guardia Civil. Y en los dos cuerpos hay más voluntarios que plazas, por lo que la selección es muy exigente.

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Guías caninos, compañeros y amigos B. Ramon

Los perros adscritos a la unidad de la Policía Nacional de Palma están entrenados para detectar explosivos, armas de fuego, drogas y dinero. «Muchos de estos perros provienen de donaciones, de perreras municipales. Otros nos los proporciona la Policía y otros los adquirimos nosotros», explica. «Por lo general la Policía te entrega un perro de un año, ya adiestrado, pero también te da la opción de adquirir un cachorro y adiestrarlo tú, lo que a la larga es más eficaz».

«Dakota vive en mi casa. Tengo un hijo de seis años y es su amiga del alma. Le gustan mucho los niños y siempre se acerca a saludarles»

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Es el mismo caso de Paco, el agente del Grupo Cinológico de la Guardia Civil: «Dakota vive conmigo, en mi casa», comenta. «La compré antes de ser guía de perros y la adiestré por mi cuenta. Cuando me incorporé al grupo la presenté y tuvo que pasar un examen. Cuando terminó me felicitaron».

Paco tiene un hijo de seis años «y Dakota es su amiga del alma. Además a ella le gustan mucho los niños, y cuando la suelto durante algún servicio, siempre se acerca a saludarles. Les da dos lametones y sigue con el trabajo». Dakota está especializada en la búsqueda de drogas y ha participado en la localización de grandes alijos, como uno de catorce kilos de cocaína en el puerto de Palma en 2019. El último, este año, fueron 3,5 kilos de cocaína, también en el puerto. Y han sido cientos las denuncias por tenencia de drogas en las que ha participado. «En el aeropuerto la dejo suelta entre los pasajeros y siempre que vamos pilla algo»

Además de los animales de detección de drogas y explosivos, el Grupo Cinológico de la Guardia Civil cuenta con un especialista en búsqueda de personas. Es Ronín, un sabueso de Baviera, que puede localizar el rastro de un desaparecido en espacios abiertos, como una zona de montaña.

En las unidades centrales de estos grupos, en Madrid, se cuenta además con otros animales especializados en otras sustancias que pueden ser relevantes en una investigación, como acelerantes del fuego, para casos de incendios intencionados, o restos humanos, para determinar si en un lugar se ha cometido un crimen.

Hay algo que remarcan tanto el policía como el guardia civil: «Nunca se le da droga a los perros, es un mito que circula desde hace tiempo, pero es totalmente falso. Los perros se adiestran para que asocien el olor que nos interesa localizar con un juguete. Y siempre se educan en positivo, potenciando cuando encuentra un rastro con un premio o una caricia. Luego existe un adiestramiento específico para cada especialidad. Por ejemplo, a los perros adiestrados en localizar explosivos se les enseña a no tocar nada para no activar una posible bomba. Lo que hacen es sentarse cuando detectan el olor, y entonces sabemos que ha encontrado algo».

«Los perros aprenden jugando, y lo que hacemos nosotros es canalizar su instinto de caza para nuestro trabajo», prosigue Paco. Alberto, el guía canino de la Policía Nacional coincide: «El perro es feliz trabajando, desde luego mucho más feliz que estando aburrido en una casa. Es una forma de satisfacer sus instintos y se divierte».

«Los perros aprenden jugando. lo que hacemos es canalizar su instinto de caza para nuestra labor. Son felices trabajando»

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Las razas más utilizadas por estas unidades son el pastor alemán, el pastor belga malinois, el golden retriever, el labrador, el braco alemán o el springer spaniel. «Pero en realidad sirve cualquier perro», aclara Alberto. «No importa el pedigrí ni el aspecto que tenga. Por lo general buscamos perros que no sean muy grandes, para que puedan entrar en un coche o en algún escondrijo, y que no asusten, que no sean conflictivos. Queremos que sean sociables, juguetones y cariñosos».

Los guías caninos han tenido intervenciones destacadas en algunas de las operaciones policiales desarrolladas en Son Banya. «Allí hemos encontrado grandes cantidades de dinero escondidos, y hasta veinte kilos de droga en los bajos de un coche».

Uno de los veteranos de la Policía es Bogart, un cruce de golden retriever y labrador de nueve años que está a punto de jubilarse. Y los agentes ya le han buscado un sustituto, Gray, un cachorro de Braco de Weimar de cuatro meses que ha sido adscrito a Sergio, que se ha incorporado hace poco al grupo. Sergio coincide con sus compañeros: «Yo entré en la Policía con la idea de ser guía canino, pero es verdad que se presentan muchos voluntarios para pocas plazas y cuesta mucho».

«Cuando se hacen mayores y hay que jubilarlos nos los quedamos nosotros o les buscamos un hogar a través de una asociación que se dedica a eso. Como son animales muy bien educados, no suele ser complicado encontrar a gente que los quiera», continúa Alberto.

Un ejemplo de estos casos lo constituyen Buddy, Chicho y Auba, tres de los perros de la Unitat Canina de la Policía Local de Palma, que se han jubilado por su avanzada edad y fueron homenajeados durante la Diada de la Policía realizada el pasado día 17. Auba ha sido entregada a su antigua dueña, pero Buddy y Chicho han quedado a cargo de sus guías, dos policías locales que se los han llevado a sus casas. Fueron despedidos con aplausos.

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