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Javier Fernández
Ver galería >¿Y, ahora, qué? - El talento que se hereda y el que se compra - Sueños de 1962 - Lujo Cartier - El MZ se va de fiesta Permitidme que os lo diga pero a agosto le quedan dos domingos: este que ya se acaba y el de la semana que viene. Y así, sin más, también decimos adiós al verano. Siempre que se acerca septiembre y la vuelta a las rutinas, me invande una cierta desazón. Por un lado, me alegro de que se os acaben las vacaciones -los que hayáis tenido, claro- y poder volver a ver cómo vuestra cuenta de instagram se llena de fotos rutinarias, lejos de yates y atardeceres infinitos -desde la más pura envidia hablo, ya lo confieso-.
¿Y, ahora, qué? - El talento que se hereda y el que se compra - Sueños de 1962 - Lujo Cartier - El MZ se va de fiesta Permitidme que os lo diga pero a agosto le quedan dos domingos: este que ya se acaba y el de la semana que viene. Y así, sin más, también decimos adiós al verano. Siempre que se acerca septiembre y la vuelta a las rutinas, me invande una cierta desazón. Por un lado, me alegro de que se os acaben las vacaciones -los que hayáis tenido, claro- y poder volver a ver cómo vuestra cuenta de instagram se llena de fotos rutinarias, lejos de yates y atardeceres infinitos -desde la más pura envidia hablo, ya lo confieso-.
¿Y, ahora, qué? - El talento que se hereda y el que se compra - Sueños de 1962 - Lujo Cartier - El MZ se va de fiesta Permitidme que os lo diga pero a agosto le quedan dos domingos: este que ya se acaba y el de la semana que viene. Y así, sin más, también decimos adiós al verano. Siempre que se acerca septiembre y la vuelta a las rutinas, me invande una cierta desazón. Por un lado, me alegro de que se os acaben las vacaciones -los que hayáis tenido, claro- y poder volver a ver cómo vuestra cuenta de instagram se llena de fotos rutinarias, lejos de yates y atardeceres infinitos -desde la más pura envidia hablo, ya lo confieso-.
¿Y, ahora, qué? - El talento que se hereda y el que se compra - Sueños de 1962 - Lujo Cartier - El MZ se va de fiesta Permitidme que os lo diga pero a agosto le quedan dos domingos: este que ya se acaba y el de la semana que viene. Y así, sin más, también decimos adiós al verano. Siempre que se acerca septiembre y la vuelta a las rutinas, me invande una cierta desazón. Por un lado, me alegro de que se os acaben las vacaciones -los que hayáis tenido, claro- y poder volver a ver cómo vuestra cuenta de instagram se llena de fotos rutinarias, lejos de yates y atardeceres infinitos -desde la más pura envidia hablo, ya lo confieso-.
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