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Artículos de broma | Contacto y estrecho

Otro inconveniente de la pandemia es que puedes acabar siendo contacto estrecho de cualquiera. El sintagma «contacto estrecho» no es broma y, sin embargo, en un principio de promiscuidad propio de quien ve la sociedad como rebaño, se aplica a alguien con el que se ha coincidido, en interior o en exterior, a menos de dos metros y durante un tiempo acumulado de más de 15 minutos en 24 horas, sin mascarilla o con el que se ha viajado en avión, tren u otro medio de transporte de largo recorrido a dos asientos a la redonda, sin protegerse correctamente.

Como boomer expuesto en la edad impresionable de la adolescencia a la cultura sexual de los años setenta -una de las décadas más macarras de la historia, con su «ola de erotismo que nos invade»- la acuñación «contacto estrecho» me suena fatal. En principio parece un oxímoron, dos palabras de significado opuesto que originan un nuevo sentido, porque en aquel entonces la «estrechez» llevaba a la negación de «contacto». O estrechez o contacto, o ji o ja. Estrechez era no, sí o sí.

En una segunda acepción, «contacto estrecho» suena más a relación que lleva al gonococo que al coronavirus, a enfermedad venérea que respiratoria. Piel y venéreas, anunciaban los balcones de Madrid y las placas de los portales de provincias. Como todo era piel, qué reojos había en las salas de espera entre acneicos y gonorreicos, qué cuidado en que no hubiera contacto ni estrechez ni nada que rascar.

Son prejuicios inevitables si uno es hijo de su tiempo. La franja que va de los pobres a las clases medias incomodadas la gente es hija de su tiempo porque confía en el futuro y en la lotería, a falta de recursos mejores. Los grandes herederos y los pequeños rentistas veían más futuro en el pasado y por eso se les llamaba «hijos de papá», otro sintagma raro cuando sólo era seguro que eran «hijos de mamá».

Hay que cuidarse de que te encasillen como contacto estrecho de cualquiera y por eso se deben mantener las precauciones, aunque como boomer ya se esté vacunado en los dos brazos.

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