No voy yo a estigmatizar a los futbolistas, pero me da a mi la sensación de que el coronavirus malicioso ha afectado con ensañamiento superior a este colectivo. No parece que el contagio provenga de su actividad profesional, sino más bien por las cositas que hacen en sus ratitos de ocio. Me cuentan algunas jóvenes madrileñas con acceso frecuente a determinadas reuniones nocturnas, que los jugadores del Atleti y del Madrid acuden a ellas habitualmente, y que en esas reuniones festivas las mascarillas no se utilizan y la distancia social tiende a ser la mínima posible. Hay cierto consenso empírico en que las proporciones de infectados y la de descerebrados guardan cierta correlación. De los 24 seleccionados, 12 han pasado la covid-19, el 50%; en la población general la proporción es del 7,84%. Blanco y en botella.
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