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Javier Fernández
Ver galería >Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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Uno nunca se va del todo del sitio al que pertenece, donde ha sido libre y feliz. Imagino esa sensación agridulce en la diseñadora Carolina Herrera cuando, a sus 80 años, se despidió de las pasarelas para dar paso a las nuevas generaciones. Un adiós que no fue del todo porque su firma es su imagen, es Carolina, es su icono, aunque ella misma deteste esa palabra. Por eso, cuando uno regresa a su casa, a veces necesita un cambio de estilo: nuevas ideas, nuevos conceptos, nuevas sensaciones… nueva identidad. No sé me ocurre mejor manera de decir «hola, otra vez» que descubriendo el nuevo espacio de CH Carolina Herrera en Palma. Bienvenidos, #indiscretos.
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