Cuando uno piensa en las hermanas Brontë o en Emily Dickinson siempre vienen a la cabeza imágenes de grandes explanadas verdes al borde de acantilados, elegantes mansiones de color beige y largos vestidos sobre enaguas y corsés. La serie Downton Abbey fue una buena oportunidad para disfrutar de esta época tan dada a las novelas de mediodía. Hasta ese momento, ninguna serie de época había llegado al streaming, aunque en los catálogos de las plataformas ya circulaban películas como Orgullo o prejuicio o Jane Eyre. Ahora Netflix ha querido coger el testigo de Downton Abbey con Los Bridgerton, la serie que se ha estrenado recientemente en la plataforma. Aunque todo apunta a que la serie tiene más en común con Gossip Girl que con el personaje que interpreta Maggie Smith en la serie de la BBC.
La historia sigue la vida de la familia Bridgerton, una acaudalada familia inglesa que está inmersa en los juegos de poder y las intrigas de la aristocracia inglesa. El matrimonio cuenta con ocho hijos, aunque la historia se centra en Daphne, la joven de está a punto de darse a conocer en sociedad. Su debut matrimonial supone también su debut como ficha de un juego despiadado. Fruto de su juventud, la joven no verá venir algunas de las calumnias que vertirá sobre la familia un enigmático personaje de la aristocracia inglesa, Lady Whistledown.
Sin embargo, Daphne conocerá a otro joven que no tiene ni la menor intención de seguir los pasos del resto. La serie hace hincapié tanto en el amor como en la búsqueda de la identidad en una sociedad donde la fama y las apariencias lo son todo. La producción arranca unos 100 años antes de Dowton Abbey, a principios de siglo XIX durante la regencia de Londres.
En realidad, la serie es una adaptación de la saga homónima de Julia Quinn, pseudónimo de Julie Pottinger, una escritora neoyorquina obsesionada con estas historias de la clase alta inglesa. La saga está formada por las siguientes novelas: El duque y yo, El vizconde que me amó, Te doy mi corazón, Seduciendo a Mr. Bridgerton, Al Sir Philip con Amor, El corazón de una Bridgerton, Por un beso, Buscando esposa e Y fueron felices.
Netflix se deshará de la cursilería propia del culebrón para llevar a cabo un producto audiovisual mucho más canalla, con escenas subidas de tono y guiños a la cultura millenial. Su intención no es crear un Versalles, sino descubrir al público joven que a pesar de los matrimonios concertados, pueden empatizar con algunos de los Bridgerton.
La showrunner de la serie, Shonda Rimes, fue también la responsable de mediáticas producciones televisivas como Anatomía de Grey o Scandal y fue productora ejecutiva de Cómo defender a un asesino. Con ese currículum, los datos de audiencia están asegurados.
