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Debía ser el año 2001 cuando comencé a hacer crónica social. No había acabado aún la carrera de periodismo y ya durante el verano, y haciendo prácticas en este periódico, daba mis primeros pasos en este mundillo de los reportajes más “frescos y ligeros”. Estos adjetivos no contribuían precisamente a poner en valor este tipo de periodismo, donde siempre parece que priman las noticias políticas, la investigación y los sucesos. Todos los premios son para estos colegas. Pero mira por donde, la suerte de vivir en una isla como Mallorca, te permitía entrevistar a Carolina Herrera, Josep Lluís Nuñez, Estrella Morente o Kevin Spacey, por citar unos cuántos, y estar tan cerca de los reyes (los eméritos) que podías arrancarles titulares que daban la vuelta al mundo tras los atentados de Palmanova.
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