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Los puntos sobre las uves

Mejor no imaginen

Dice Emaya que, ante la presión social de los días pasados, ha decidido volver a desinfectar con lejía las calles, aunque dicha estrategia no haya demostrado ser más eficaz para prevenir la difusión del coronavirus de las narices (nunca mejor dicho). Pero, sin que se nos moleste el alcalde, no debería olvidar el consistorio que vivimos en una de las ciudades más puercas del país, y seguramente de toda Europa. La porquería de Palma es antológica, con calles con olor a podrido y orines, sin que pase nada. Hace unas semanas circulaba yo por el centro histórico de Palma con un papelote en la mano que había recogido, como no, del suelo. No encontré en cuatro manzanas papelera alguna, y tiré el papelote... en mi bolsillo. Eso en el centro de Ciutat, imaginen el Rafal, Son Gotleu, Son Rullán... o mejor no.

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