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Reportaje

La cruz de San Junípero

El movimiento 'black lives matter' se está ensañando con significativas estatuas del evangelizador de California

Estatua del misionero de Petra junto a Sant Francesc de Palma, atacada esta semana con una pintada. B.Ramon

La canonización de Junípero Serra por el papa Francisco, el 23 de septiembre de 2015 en Washington, ocasionó algunas acciones de protesta por parte de grupos indígenas californianos. El claustro de la Universidad de Stanford se planteó hace meses la retirada de la estatua del franciscano de Petra de su campus. Son signos de revisión, y si se quiere de crítica, de la figura y obra del evangelizador de California, que hasta ahora se habían considerado aislados y puntuales. Sin embargo, desde hace una semana las estatuas y memoriales de San Junípero Serra repartidas por el mundo son objeto de atentados y actos vandálicos. ¿Qué ha pasado? ¿Porqué ahora se disparan las iras contra un humilde fraile cojo, arropado por la corona española y de irreductible vocación misionera?

Para responder a estas preguntas hay que situarse de forma paralela en el siglo XVIII (Junípero nació en Petra en 1713 y murió en Carmel, California, en1784) y en la actualidad más inmediata de estas últimas semanas. El asesinato de George Floyd, por parte de la policía de Minneapolis, ha sido considerado un hecho racista que ha desatado el movimiento Black Lives Matter, con protestas y desmantelamiento furtivo de monumentos de signo hispano o vinculados a otras culturas. Junípero Serra ha sido uno de los principales perjudicados por esta vorágine.

De California se ha pasado a Europa y con ello, la estatua de Junípero, obra de Horacio de Eguía, que se levanta en la plaza de Sant Francesc de Palma ha sido objeto de pintadas. El monumento del santo franciscano en Petra, esculpido en marés por Guillem Galmés, también ha sido adulterado. Pero esta última no es una historia nueva. Los quintos, cada año acostumbran a ultrajarlo con una permisividad municipal no reconocida. Por eso el misionero ya no luce la cruz de hierro de aguantaba en su mano.

El Papa Francisco presidió el 23 de septiembre de 2015 una misa de canonización para Fray Junípero Serra en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington. REUTERS

Ahora, sin embargo, el alcalde, Salvador Femenias, ha emitido un comunicado de condena de lo ocurrido, defendido los valores juniperianos y ha procurado quitar hierro a la acción vandálica. En Palma, la edil Sonia Vivas, ha pedido la retirada de la estatua del evangelizador de California. No ha encontrado más apoyos municipales, mientras el Govern ha mantenido una posición tibia; no así el obispado que ha reivindicado la figura y obra de Junípero en sintonía con lo dicho por la prelados de las diócesis californianas de San Diego y Los Ángeles.

Es un error y una visión superficial, que en algunos casos raya lo visceral, juzgar la personalidad y obra de Junípero Serra solo desde parámetros y pensamientos actuales. Sacar al personaje de su contexto histórico es desvirtuarlo por completo. Junípero alzó la cruz de la evangelización en México y California. Hoy, paradójicamente, una vez canonizado, debe padecer la cruz de la incomprensión y el rechazo, cuando menos parcial.

Fray Carlos Adrián López y fray Carlos Enrique Díaz en el convento de Petra. LL.RIERA

Cabe preguntarse porqué un fraile franciscano, hijo de unos humildes labradores de Petra, profesor de filosofía en Palma y con fama de excelente teólogo, decide en mitad de su vida romper con todo y marcharse al Nuevo Mundo a evangelizar. Este es el interrogante sobre el que deben seguir trabajando los historiadores pero la tendencia desapasionada es la de pensar que tal aventura solo puede emprenderse desde la fe y la vocación misionera irreductible. ¿Explotador de indios? En los textos de su biógrafo y compañero, fray Francisco Palou, de Palma, no consta documentación en tal sentido y sí enfrentamientos con el gobernador militar para defender los derechos de los nativos. También traslados del fraile de Petra a la capital de México para pedir mayor amparo legal para los indígenas.

En el convento de Sant Bernardí de Petra, donde se fraguó la vocación religiosa de Junípero, viven ahora frailes de su misma orden, la Orden Franciscana Menor, nativos de México. Ellos son conocedores de primera mano de cuanto pasa a ambos lados del Atlántico. fray Carlos Adrián López está convencido de que lo ocurre ahora es un hecho político que debe enmarcarse dentro de la proximidad de las elecciones norteamericanas y el creciente peso demográfico y económico latino. No se puede olvidar que Estados Unidos es una cultura anglosajona que no está precisamente dispuesta a revisar su historia y quizás por eso carga contra sus cimientos hispanos. El mismo religioso hace hincapié en que ya la teología católica de las primeras misiones franciscanas en California resaltaba los valores de la integración, la libertad y el respeto.

También señala que el revisionismo actual no se da cuenta de que desde el principio se respetaron los nombres de las misiones y que éstos han dado denominación a las grandes ciudades californianas modernas.

Por su parte, fray Carlos Enrique Díaz indica que centrarse solo en determinadas “píldoras de historia” es un error que acaba desvirtuando la historial real. “El modelo de evangelización juniperiana no destruye los pueblos, las lenguas y las culturas”. Asegura que no hay un racismo como tal, sino la defensa de la dignidad de las personas. “Está demostrado que los primeros indigenistas fueron los franciscanos” y recuerda que en 1546 ya se abolió la esclavitud bajo la corona española. “La figura de Serra no se corresponde para nada con un genocida”.

Catalina Font Gomila, representante de la Fundación Casa Serra y de la Asociación de Amigos de Fray Junípero está segura de que hoy el misionero de Petra se hubiera posicionado a favor de George Floyd y en contra del racismo. El papa en la canonización ya dijo que Junípero “es un claro ejemplo de iglesia en salida”. El presidente de la entidad, Tumy Bestard, reacciona a la situación actual diciendo que siempre ha habido gente fuera de lugar e irreverente. Él no tiene duda de que Junípero fue un gran hombre y que se ha ganado un lugar digno y justo en la historia.

El evangelizador de California es noticia estos días, al haber sido puesto en la diana por parte de quienes buscan el revisionismo superficial y han convertido las estatuas en objeto de aniquilación como protesta.

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