¿Qué tal, don Juan Carlos?
Razonablemente bien.
¿Razonablemente?
Teniendo en cuenta que soy un Rey, vivo razonablemente.
¿Sigue siendo campechano?
Ahora no mucho. Al campo no se puede salir, y mi fuerte nunca ha sido quedarme en casa.
A todo se aprende...
Mira sí. Porque últimamente cada vez que salía de casa, o la armaba o me metía una leche.
¿Qué hay de las noticias que sobre usted circulan últimamente?
Hombre, llamar noticia a cosas que llevan sucediendo hace decenios...
Ya, ya, pero no se sabía...
Ni falta que hacía, la verdad.
¿Qué hay de cierto en lo que se cuenta?
Ah, no sé. Pregúntale al niño, que parece que se ha enfadado.
¿Al niño?
Sí, al niño. Que si llego yo a saber por donde iba a salir hubiera abdicado su padre. Mira qué te digo.
Supongo que lo que intentará su hijo es proteger la monarquía...
Proteger la monarquía, proteger la monarquía... lo que pasa es que a Leti le das una escoba y sale volando. Malmetiendo todo el día. Que empezó con el pobre Iñaki, que mira que es buen chaval. No te voy a decir que tenga muchas luces, pero es muy buen chaval. Y lo tienen señalado, como si fuera un chorizo. Y de chorizo nada, como mínimo un jamón de cinco jotas.
¿Y Corinna?
Otra que tal baila. Pero le voy a decir una cosa: no aprendo. Se me ponen a tiro y patapam. Que yo soy un Borbón. En todo. Mira que le solté pasta... pues nada. Le molesta que la vigilen y que la amenacen. Mira tú por dónde, qué delicada ha salido. Más cara que Sofía me ha acabado saliendo.
Le veo molesto...
Mira, un rey, más que ser honesto debe parecerlo. Bueno, pues a mí a estas alturas ni lo uno ni lo otro.
Le entiendo...
Que vas tú a entender€ que hasta me han puesto un mote horrible.
¿Sí? ¿Y cuál es ese mote?
Me llaman el Corona Virus... Y no hace gracia.
Perdóneme la sonrisita...
Mis tatarabuelos te habrían cortado la cabeza.
