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Cisne negro

Spinning out arranca cuando la protagonista Kat Baker, una promesa del patinaje artístico, se dispone a retomar su carrera deportiva después de verse obligada a abandonarla por una aparatosa caída

Cisne negro

Cuando Natalie Portman metió sus pequeños pies dentro de las puntas de una bailarina de ballet, el público se alegró al comprobar cómo el mundo del espectáculo no solo se definía por ingentes cantidades de purpurina y una emoción desbordante. En él, también hay juego sucio, libertinaje e incluso enfermedades mentales. Además, está de más aclarar, que la danza es un arte. Y como en todo arte hay ego y una necesidad de superarse a sí mismo que a más de uno le ha costado la carrera. El asfixiante thriller de Darren Aronofsky mostró la cara oculta de la Luna, la de una bailarina muy consciente de lo que la danza exigía de ella, y de cómo el baile acabó por desatar sus impulsos más bajos. Ahora, los escenarios volverán a conocer a otro animal alado y oscuro, esta vez sobre la pista de hielo. Netflix estrenó el pasado 1 de enero Spinning out la serie que narra las vivencias de una patinadora artística que tiene que lidiar con la presión que supone competir a nivel nacional y mantener una vida personal cargada de altibajos familiares y psicológicos. La producción está protagonizada por Kaya Scodelario, famosa por participar en la serie de culto adolescente Skins y por su aparición en la Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (2017) y Furia de titanes (2010). Ella encarna a Kat Baker, una promesa del patinaje artístico que se ve obligada a abandonar su carrera en cuanto sufre una aparatosa caída en una competición. La producción arranca justo cuando Kat se dispone a retomar su trayectoria deportiva. Su intención es conseguir hacerse un hueco en el panorama artístico, lidiando con el síndrome de bipolaridad, una enfermedad mental que comparte con su madre, encarnada por January Jones, la eterna Betty Draper de Mad men. El personaje protagonista tiene más semejanzas con el Cisne negro de Aronofsky que con Yo, Tonya, la película biográfica de Tonya Harding, dirigida por Craig Gillespie. Y es que pocos llegan a la arrolladora personalidad de Tonya.

Spinning out ha pasado sin pena ni gloria por Netflix, ya que su estreno no ha sido anunciado a bombo y platillo como suele hacer la plataforma con series como Stranger things, The Witcher o The Crown. Sin embargo, su llegada ha estado envuelta en polémica en las redes sociales. Al parecer, la serie se ha inspirado en la historia de vida de otra patinadora, la canadiense Tessa Virtue. La propia deportista se hizo eco de los paralelismos entre su vida y la serie, sobre todo, en una escena de la producción, en la que la actriz protagonista aparece con un mallot muy parecido al de Virtue en los últimos Juegos Olímpicos. Además, la serie también hace alusión al número artístico que prepara la protagonista de la serie, que, según los creadores, apela al "amor", la "tragedia" y al "sexo". Los mismos conceptos que inspiraron el show de Virtue. Pese a los "inspiracionismos", la serie vale la pena. Aunque sea solo para calentar el sillón antes de que lleguen los tiros de Al Pacino con Hunters. Próximamente en Amazon.

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