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Medio ambiente

La última frontera

Con el avance de la técnica, el fondo oceánico se convierte en una nueva fuente de recursos minerales

Equipo científico-técnico (IGME, IEO, IHM) que realizó el descubrimiento de los depósitos minerales de costras de manganes en Canarias (buque oceanográfico Miguel Oliver, mayo 2011).

El pasado mes de septiembre tuvo lugar en Bergen (Noruega) la 47 edición de la Underwater Mining Conference, el Congreso sobre de Minería Acuática. Este evento anual va mucho más allá de la minería submarina; a él solo acuden las innovaciones punteras. En él, por ejemplo, se hizo la presentación mundial de la delegación japonesa sobre la primera extracción experimental de sulfuros masivos bajo el mar.

En la conferencia es donde se desarrollan los debates que marcarán el futuro de la minería submarina de los próximos años. En representación del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) acudió Javier González, investigador en geología marina, para presentar ante la comunidad internacional MINDeSEA, un proyecto sobre los depósitos minerales en los fondos marinos de toda Europa, liderado por el IGME.

El evento contó con la presencia de todos los sectores, el investigador, el industrial, las empresas que desarrollan tecnologías robóticas para la exploración, los gobiernos y el sector medioambiental, entre otros. El año que viene se tiene previsto que se celebre en China.

De acuerdo a las estimaciones actuales de los expertos, en 2030 un 10% de todos los minerales que se extraerán en todo el mundo vendrán del fondo del mar para así atender a la demanda de cobalto, cobre o zinc, algunos de los minerales más codiciados en la actualidad por su uso relacionado con las nuevas tecnologías y las conocidas como green technologies, tecnologías orientadas a la producción de energía de modo sostenible. De ahí la importancia de un proyecto paneuropeo destinado a establecer el contexto futuro, caracterizando los tipos de depósitos, identificando las principales áreas metalogénicas, desarrollando mapas y bases de datos armonizados que incluyan tanto el potencial o la prospectividad de los yacimientos.

"Es algo que no se ha hecho hasta ahora en el ámbito europeo; hasta la fecha cada país investigaba diferentes zonas para diferentes minerales a lo largo de décadas, pero jamás se había planteado un trabajo integrador para compilarlo todo y para intentar entender cómo están distribuidos esos depósitos, cómo se han formado y qué minerales críticos contienen", explica Javier González. MINDeSEA contempla analizar la exploración y explotación actuales en términos de regulación, legislación, impacto ambiental€, para diseñar un futuro marcado por la eficiencia y la sostenibilidad en la investigación y exploración de estos minerales submarinos evitando así los daños ambientales. Un trabajo que pondrá toda esa información a disposición de los usuarios desde una plataforma de consulta incluida en la llamada GeoERA, el programa de investigación, financiado por el Horizonte 2020, creado para recopilar toda la información geológica en el ámbito europeo en áreas como aguas subterráneas, recursos minerales, riesgos geológicos, geoenergía, etc. "Es un proyecto que genera una infraestructura de conocimiento que después servirá para que los Estados legislen, para las empresas mineras que quieran buscar áreas potenciales de interés, para las que quieran desarrollar tecnologías para la extracción y también para saber qué áreas quieres proteger", indica el investigador del IGME

Porque ahora mismo se están sondeando profundidades de hasta 6.000 metros en busca de manganeso, cobre, cobalto y otros minerales de tierras raras y los investigadores reclaman conocer estos ecosistemas de aguas profundas para entender la huella ambiental de las operaciones extractivas de estos nódulos polimetálicos en los hábitats marinos. "El fondo marino se enfrenta a retos medioambientales, legislativos, tecnológicos, científicos€, es otra frontera que hay que explorar y hay que estar preparados", concluye Javier González.

Descubrimiento en España

Fue en abril de 2017 cuando el IGME comunicó que se habían encontrado elementos estratégicos y raros en concentraciones más elevadas que en yacimientos conocidos en tierra firme. Estas elevadas concentraciones se encontraron en las costras de ferromanganeso de los montes marinos canarios. Unos descubrimientos fruto de una investigación iniciada en 2011 por el IGME, en una cadena antigua de volcanes canarios. Aparte del telurio, se encontraron otros elementos estratégicos como el cobalto y que son de crucial importancia para la industria tecnológica.

Los depósitos de óxidos de ferromanganeso bajo el manto oceánico son escasamente explorados. Están formados esencialmente por nódulos de manganeso ricos en cobre y níquel y costras de ferromanganeso ricas en cobalto, telurio y tierras raras pesadas. Esta combinación de metales base tradicionales y el elevado enriquecimiento en elementos de alta tecnología, convierte los depósitos en unos de alto interés para la ciencia y sociedad.

Entre los años 2010 y 2014, el IGME coordinó los trabajos científico-técnicos para la presentación de propuestas de ampliación de la Plataforma Continental de España al oeste de las islas Canarias, más allá de las 200 millas náuticas de acuerdo con la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar. En la elaboración de esta propuesta participaron también el Instituto Hidrográfico de la Marina y el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Entre 2010 y 2012 se cartografió el fondo marino más allá de las 200 millas náuticas de la costa. En 2011 se descubrieron y cartografiaron ocho nuevos montes submarinos del suroeste de Canarias y se obtuvieron mediante dragas más de 2.000 muestras de mineralizaciones de costras de ferromanganeso, rocas y sedimentos de cinco montes submarinos. Estos montes submarinos forman parte de una larga cadena de más de 100 relieves submarinos y se extiende por una longitud de más de 1.350 kilómetros. Tienen edades dispares siendo los más antiguos de más de 134 millones de años, es decir, del Cretácico.

El monte submarino Tropic, donde se ha hecho el descubrimiento del telurio, es un antiguo volcán formado durante el Cretácico hace unos 100 millones de años. Tiene una altura de unos 3.000 metros, unos 50 kilómetros de diámetro y presenta una cumbre plana a 1.100 metros de profundidad. El Tropic está incluido dentro del área de extensión de la plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas presentada por España ante la Comisión de Límites de las Naciones Unidas en Nueva York en 2014.

Los estudios preliminares que el IGME hizo a partir de 2011 de las mineralizaciones submarinas de ferromanganeso mostraron la riqueza de los montes submarinos canarios en elementos estratégicos como el cobalto, el níquel, las tierras raras o el platino. Las costras de ferromanganeso objeto de estudio, de hasta 25 centímetros de espesor, están formadas por óxidos mide hierro y manganeso, esencialmente minerales del grupo de goethita y óxidos de manganeso como vernadita, asbolana, todorokita, con elevadas cantidades de trazas atrapados en sus estructuras. Entre los elementos estratégicos más abundantes se encuentra el hierro (23%), manganeso (16%), cobalto (4.700 partes por millón), níquel (2.800 partes por millón), vanadio (2.400 ppm), cobre (600 ppm), molibdeno (400 ppm), elementos del grupo del platino (250 partes por billón) y tierras raras (2.800 ppm).

Expedición internacional

Entre el 29 de octubre y el 8 de diciembre de 2016 se llevó a cabo la expedición científica internacional denominada JC42, a bordo del buque de investigación británico James Cook, que partió y finalizó en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. La expedición científica se enmarcó dentro del proyecto internacional Marine e-tech con la participación del Centro Oceanográfico Nacional del Reino Unido (NOC), el Dr. Javier González del IGME, el Servicio Geológico del Reino Unido (BGS), la Universidad de Southampton y la Universidad de Sao Paulo (Brasil).

La expedición fue un éxito por los resultados científicos obtenidos. Durante 40 días se estudió intensamente el monte submarino Tropic. Se realizó la cartografía del monte entre las 4.000 y los 998 metros de profundidad además de muestreos de la columna de agua así como experimentos de microbiología in situ.

Las 16 misiones de exploración realizadas con el vehículo submarino autónomo AUV Autosub6000 permitieron obtener mapas, mosaicos y reflectividad del fondo y unas 360.000 fotografías de muy alta resolución de la cumbre del monte submarino y dos de sus flancos. Se realizaron 26 inmersiones con el minisubmarino no tripulado ISIS que permitieron obtener cientos de horas de grabación de video de muy alta resolución desde la base del monte submarino hasta su cumbre, así como unas 400 muestras de mineralizaciones de costras y nódulos de ferromanganeso, fosforitas y rocas volcánicas. Las costras de ferromanganeso forman una especie de pavimento de color negro que cubre los sedimentos y rocas del fondo marino desde la base del monte submarino, a unos 4.000 metros de profundidad hasta su cumbre a unos 1.000 metros. Se han encontrado costras de un grosor de hasta 14 centímetros, aunque el grosor medio es de unos 4. La cumbre del monte presenta abundantes campos de nódulos de ferromanganeso que en algunos casos llegan incluso hasta los 20 centímetros.

Jurisdicción

El monte submarino más estudiado es el Tropic y se encuentra dentro de los límites de la plataforma continental al oeste de las Canarias, trazados por España de acuerdo al artículo 76 de la Convención de Naciones Unidas del Derecho del Mar y registrada y presentada formalmente ante la sede de la ONU en Nueva York hace cuatro años. Dicha presentación española ante la Organización de Naciones Unidas, actualmente en trámite, inhabilita de momento la concesión de contratos internacionales de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos para la exploración y explotación del telurio y otros minerales estratégicos del monte Tropic. Este organismo regula la concesión de parcelas, mediante el pago previo de 500.000 dólares, a consorcios internacionales, tanto de empresas como de Estados, para la exploración de las costras de ferromanganeso con alto contenido en cobalto en los montes submarinos situados más allá de los límites de la jurisdicción nacional. En el futuro este organismo también regulará los permisos de explotación.

En el caso de que la ONU aprobara la delimitación de la plataforma continental de España al oeste de las Canarias, el monte Tropic pasaría a la jurisdicción española conforme al artículo 82 de la Convención de las Naciones Unidas del Derecho al mar. Para aquellos montes submarinos que se encuentran dentro de las 200 millas náuticas de España, cualquier petición futura de aprovechamiento submarino de recursos minerales tendría que ser regulado por los correspondientes reglamentos que establezca la legislación española.

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