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Belmonte: pueblo desconocido pero con mucha historia

De Fray Luis de León a Eugenia de Montijo, pasando por Charlton Heston y Sofía Loren han estado en esta localidad

Vista del Castillo de Belmonte, una de las atracciones de la localidad. carmen cespedosa

Alguien dijo, referido a Jerusalén, que era un lugar con "demasiada historia para tan poca geografía" (la frase es de David Ben Gurión que fue dos veces Primer Ministro de Israel). Salvando las distancias, algo parecido podría decirse de Belmonte un pequeño pueblo de apenas 2.000 habitantes, en plena Castilla-La Mancha, en la provincia de Cuenca, con una historia densa y variada. Un lugar poco conocido que está deseando que las cosas cambien.

Porque no es habitual encontrar en esta pequeña localidad las huellas de su más conocido hijo, Fray Luis de León, ilustre poeta y religioso, rival amistoso de San Juan de la Cruz; o de su más famosa vecina, Eugenia de Montijo, que fue emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III. También aquí nació el intrigante Juan Pacheco, primer Marqués de Villena y señor de Belmonte que apoyó la causa de Juana "La Beltraneja" frente a su tía Isabel la Católica que ganó finalmente la pugna.

Belmonte está también en plena ruta del Quijote, con los molinos-gigantes de Mota del Cuervo a un paso, además de su propio molino dentro de los límites del pueblo, "El Puntal" que conserva su maquinaria y permite contemplar de la molienda, con el Toboso a 15 kilómetros, también próximo Campo de Criptana y otros múltiples escenarios cervantinos. De alguna forma es también tierra de El Cid y aunque no es seguro que Rodrigo Díaz de Vivar pasase por aquí, desde luego sí estuvo su "descendiente" Charlton Heston junto a Sofía Loren que rodaron aquí una parte de El Cid. Hay al menos una decena de productoras que han encontrado en Belmonte el escenario ideal para sus películas. Títulos como El crimen de Cuenca de Pilar Miró, Los señores del acero, de Paul Verhoeven, Juana la Loca de Vicente Aranda, El caballero Don Quijote, de Manuel Gutiérrez Aragón.

Consecuencia de esa intensa historia son los muchos monumentos que atesora Belmonte, que le han hecho acreedor en varias ocasiones al título de "pueblo más bello de Castilla La Mancha". Y el recorrido para disfrutarlo debe comenzar en el castillo, más que nada porque luego todo es de bajada y se hace más llevadero. Encargado por D. Juan Pacheco, Marqués de Villena al Maestro Hanequín de Bruselas, para utilizarlo como vivienda propia en su ciudad natal, fue refugio de doña Juana la Beltraneja. Situado en un cerro, su recinto exterior tiene forma pentagonal, portada gótica y está unido a las murallas que bajan hasta la localidad. En el recinto interior, de planta triangular, destacan los artesonados mudéjares, las yeserías y los relieves góticos.

El castillo con su exterior pentagonal extiende sus brazos de murallas hacia la población, cilindros de piedra flaquean sus vértices y le otorgan su soberbia planta castellana. El abrazo de las murallas se abre en sus cinco puertas de las cuales tres siguen siendo de acceso a la población. La puerta de San Juan, Chinchilla, Almudí, la de Toledo y la Puerta Nueva.

La iglesia de la Colegiata

A los pies de su castillo, la villa de Belmonte, rinde pleitesía al edificio que lo identifica y corona su estampa. Entre las calles y casas, el rumor de los siglos nos muestra la iglesia de la Colegiata que le disputa su liderazgo de piedra y cultura. Sus bellísimas puertas del Sol y de los Perdones exhiben sus pináculos y arcos germinados y son antesala del magnífico tesoro que albergan sus muros. En el interior una nueva pugna por el protagonismo de sus incontables tesoros, arquitectónicos, mobiliarios y artísticos: capillas, retablos, bóvedas, pinturas, esculturas, el coro y la pila. Sin lugar a dudas, una de las maravillas de la Colegiata es el coro, tallado para la Catedral de Cuenca por los hermanos Cueman y trasladado a Belmonte en el siglo XVIII. Técnicos y estudiosos dan una gran importancia a esta obra, ya que es la primera sillería de coro historiada de España. En ella aparecen relatos de la Sagrada Escritura que en forma de "historias" van narrando la Historia Sagrada, junto con escenas profanas más tímidamente tratadas. En un rincón se encuentra la pila en que recibió el agua con que fue bautizado Fray Luis de León. Aquí están también los sepulcros de la familia del Marqués de Villena.

Otro edificio de interés es el palacio-alcázar de don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X El Sabio, del siglo XIV, hoy convertido en precioso hotel de lujo. Además, merece la pena conocer, entre otros lugares, el antiguo Convento de los Jesuitas: barroco, del siglo XVII, su claustro forma parte de la Plaza Muñoz Grandes, el hospital de San Andrés, el convento de las madres Concepcionistas, la Plaza del Pilar y el convento de los Trinitarios.

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