¿Qué tal, don Pedro?
Muy atareado con el lío de currículum que me estoy armando.
¿Y no debería estar usted gobernando?
¿Para qué? Si esto va solo.
Cien días ya, ¿eh?
Han pasado en un pis pas. Le coges el gusto y el tiempo pasa volando.
Ya que estamos, ¿qué me dice usted de su tesis?
Pues no le puedo decir mucho, primero tendría que leérmela yo.
Pues me han dicho que es un tocho bastante gordo...
Sí, creo que unas diez veces el TFM de Pablo Casado.
Dicen las malas lenguas que un tal Carlos Ocaña, amiguete de usted en el PSOE, le hizo una parte de la tesis.
Eso es mentira. No sólo me hizo una parte. Y no solo me ayudó él. Los dirigentes del partido somos muy solidarios, y entre cocodrilos no nos mordemos nada más que cuando es absolutamente necesario; o sea, a menudo.
Pero entonces la autoría de su tesis está plagada de negros.
Primero, es usted un racista; segundo, no se meta con mis negros.
Dicen ahora que la van a digitalizar. ¿Pero no decía usted que ya lo estaba en la web de Teseo?
Lo dije para salir del paso. Riverita se lo come casi todo.
Y ahora se va a poder consultar por Internet...
Yo no lo haría, debe de ser un tocho insufrible.
Pasemos a otras cuestiones, ¿qué tal el puestecito que le han dado a su señora de usted?
Ya estamos con lo mismo. Los socialistas somos solidarios, y la solidaridad, como la caridad, bien entendida, empieza por uno mismo. ¿Si uno no se acuerda de su pareja o de sus hijos cómo se va a acordar de personas a las que ni siquiera conoce? Es de cajón.
¿Y qué hay de los principios de igualdad, mérito y capacidad?
Le aseguro que igual que mi señora no hay otra.
Dos dimisiones en cien días no está nada mal.
Es un principio del PSOE. Dimitir a las primeras de cambio con tal de que Casado quede en pelota política.
