Ruego que no me molesten durante las próximas semanas. No soy un aficionado convulso al fútbol, solamente me gusta y hay equipos que me divierten más que otros. Pero por un mecanismo que nunca he conseguido comprender, ni entender su origen, soy un fanático de los campeonatos mundiales de fútbol. Desde el mundial de Inglaterra, en 1966 (el de Chile lo seguí de lejos a pesar de mi corta edad de entonces), los he seguido todos, y seguido es un término pálido para describir mi disposición. Más bien, yo diría que me los aprendo. No contento con ello, me he aprendido TODO lo que sucedió en los mundiales anteriores, desde Uruguay en 1930. Rahn, Pelé, Puskas, Leónidas, Fontaine, Cruyff, Stábile, Ronaldo, Zidane lo sé todo. Así que no me molesten.
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Los puntos sobre las uves