Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Oblicuidad

Un madridista en Catalunya Ràdio

Un madridista en Catalunya Ràdio

Yo confieso, ante las instancias judiciales correspondientes, que durante ocho años intervine como tertuliano habitual de Catalunya Ràdio. Desarrollé esta actividad criminal con regularidad en el programa de sobremesa L´Oracle, dirigido a mi escaso juicio con soltura por Xavier Grasset. También intervine con más devoción que acierto en algunas ediciones del espacio matinal de Mònica Terribas.

Chapurreé el catalán y defendí la zigzagueante óptica mallorquina en una emisora sediciosa, no puedo ni empezar a calcular el número de preceptos constitucionales que habré vulnerado. Cuando me toque desembarcar en la capital para explicar este desvarío imperdonable, recordaré que fui contratado en mi calidad de madridista recalcitrante. Grasset me reservaba un minuto a tal efecto en cada comparecencia. Gocé de licencia para criticar a los omnipotentes Messi o Guardiola, aunque estos deslices del celo separatista no deben atenuar las culpas de la emisora.

En mi memoria, sin duda deteriorada por el crimen perpetrado, se retiene un programa profesional y liberado de cargas competitivas por su horario. De 2007 a 2015, únicos años que me son imputables, desfilaron por L´Oracle todos los protagonistas de la actualidad catalana. He dialogado, siempre quitándoles la palabra, con Junqueras, Romeva, Simó, Rovira, Vila y demás apellidos pecaminosos. También con Enric Millo, o junto a tertulianos tan poco sospechosos de secesionismo como Luis Racionero o Meilán Mestre. Hasta ahí llega el taimado disimulo independentista.

Jamás recibí consignas, quizás tenían mi dirección de correo electrónico equivocada. La única experiencia negativa que recuerdo fue la tarde con un tal Joel Joan, rabioso independentista y pésimo actor que se pensaba encarnación de una república incipiente. Doy por bien empleado lo ocurrido, con tal de exorcizar mi animadversión artística hacia un prodigio que me confirmó sus limitaciones cuando pagué el precio de una entrada, para verlo arruinar Pluja constant en el Villarroel barcelonés.

Los dirigentes de Catalunya Ràdio vivían aterrorizados por la vigilancia de PP y Ciudadanos. Prescindieron de mis servicios y quiero pensar que no por madridista, porque esta circunstancia agravaría las querellas en curso, sino por no dar la talla exigible en medio de tan alto nivel. Me parece democrático que Rajoy y Soraya decidan si periodistas como Terribas tienen derecho a trabajar en la Península Ibérica. Solo quiero añadir ante su señoría que añoraremos los tiempos de la libertad ahora ejecutada.

Compartir el artículo

stats