Oblicuidad

El PP, entre signos de admiración

El PP, entre signos de admiración

El PP, entre signos de admiración

Matías Vallés

El PP quiso modernizar su Congreso previsible con un lema gramaticalmente reprobable. Al "España adelante!" le faltaban exclamaciones y comas. Suerte que pusieron "España" con mayúsculas. Los guardianes del idioma se abalanzaron sobre los populares, que se corrigieron colocándose a sí mismos entre los signos de admiración que les corresponden no solo gramaticalmente.

"¡España, adelante!" enmienda los errores advertidos, pero no explica que se cometieran las mismas infracciones que en "Adelante España!", el lema de un blog de la derecha más radical que el PP, y que también ayunaba comas y exclamaciones. O hay un contagio extrasensorial, o alguien efectuó una batida por internet sin preocuparse por las afinidades electivas.

De Quincey ya nos previno de que se empieza por matar a alguien, y se acaba incumpliendo el precepto de la misa dominical. En la traslación inmediata al PP, se empieza enfangándose en escándalos de corrupción política, y se acaba por corromperse gramaticalmente. En cuanto a la pronta corrección de los errores, la reprensión institucional fue quizás menos eficaz que la constatación de que se habían empleado los signos de puntuación en la modalidad catalana. Esta traición no está justificada ni por el apaciguamiento en curso, a cargo de la vicepresidenta Soraya.

El Congreso del PP ya contaba con cuatro mil enmiendas antes del lema a martillazos, los dirigentes populares han preferido no empeorar el recuento de salvedades. Puestos a modernizar, es extraño que no añadieran los signos de exclamación al final, según afianzada costumbre en las redes sociales. Incluso en su formato renovado de "¡España, adelante!", el eslogan olvida que el problema a resolver corresponde a los españoles que se han quedado atrasados. Estas víctimas fueron adelantadas por Rato, Bárcenas y Correa.

La pretensión de redimir un lema rancio con una guarnición dislocada no es la única equivocación del PP. En su identificación a ciegas del marcial "adelante" con la derecha, olvida que la aparición más reciente de esta orden de galope corresponde a "Adelante Podemos con la gente". El enunciado ostentaba la firma revolucionaria y por tanto poco recomendable de Rita Maestre y Tania Sánchez.

La pasión popular por el adelantamiento omite asimismo que la versión italiana "Avanti popolo" se extrae de la canción Bandiera rossa, un himno de comunistas italianos. A fuerza de adelantar, el PP se ha puesto a la cola de la originalidad.

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