—Don José Antonio…
—¡PRESENTE!
—A ver, no se me anime, que me parece que me ha malinterpretado…
—¡Caídos por una España Mejor! ¡Presentes!
—Don José Antonio…
—¡PRESENTE!
—A ver, que no me refiero a Falange, hombre…
—¡Huy, perdón! Es que me toca usted la fibra sensible.
—A ver, explíqueme usted lo de Canarias…
—¿Ha visto usted las fotos? ¿De verdad piensa usted que hay algo que explicar?
—Hombre, yo creo que…
—¡Usted que va a creer, hombre! El que no se lo creía era yo. Volvía en el avión dándome pellizcos.
—Así que dieciséis viajes, ¿no?
—Eso es, dieciséis para allá y dieciséis para acá.
—Y siempre para trabajar como un loco con sus compañeros de Tenerife…
—No se hace usted una idea. Estrategias, reuniones, equilibrios, coyunturas…
—En definitiva, nada útil…
—Bueno, luego siempre quedaba con…
—…ya ya ya.
—…el secretario general del partido en Tenerife.
—Pues hay un senador canario que dice que nunca fue a una reunión en la que usted estuviera…
—Ya sabe usted que algunos senadores no se distinguen por su laboriosidad.
—Un detalle: ¿por qué todos los viajes fueron a Tenerife y ninguno a Las Palmas, siendo Las Palmas la capital?
—Bueno, es que el parlamento está en Tenerife…
—¿Y doña Olga?
—…también estaba en Tenerife.
—El diputado por Teruel que salía con ella ha dimitido…
—¿Y qué quiere que le diga yo?
—Usted no va a dimitir…
—Ni harto de un Sierra de Montánchez…
—Siempre haciendo publicidad de su tierra…
—¿Ha visto? Aprovecho que ahora estoy en el candelero para luchar por los extremeños.
—Por cierto, ¿no es usted un poco demagogo diciendo que al atacarle a usted se ataca Extremadura?
—Jordi Pujol lleva haciéndolo veinticinco años y nadie se lo echa en cara…
—Bueno, ¿va a devolver usted la pasta o no?
—Sí. No. Sí. No. Sí. No… Só… Ni… Nye… Sugp…
—Quizá Izquierda Unida deje de apoyarle…
—No creo. Son una panda de pringaos…
—Y se va a presentar y va a volver a ganar, dice usted…
—Bueno, estoy a ver si los de Podemos me ponen en la lista.
