La cultura está reñida con la crisis. "Siempre pagamos los platos rotos" es una frase que se escucha dentro del sector teatral cuando las instituciones anuncian que habrá que apretarse los cinturones. La frase maldita resuena hoy entre los productores, actores y programadores de Balears, que afrontan el inicio de 2010 con "mucha preocupación" debido al más que probable recorte presupuestario anunciado por quienes conceden las subvenciones y deciden cómo se repartirá el dinero público.

"Es muy probable que, de confirmarse estos recortes presupuestarios, muchos actores se tengan que ir al paro", advirtió ayer Lydia Sánchez, vicepresidenta de la Associació d´Actors i Actrius Professionals de Balears (AAAPIB), un colectivo que "apoyará a las empresas de teatro" porque "sin proyectos los actores no trabajamos".

"Todavía tenemos que reunirnos y posicionarnos en este campo", anunció Sánchez, quien a título personal se pregunta "por qué no se recortan otros presupuestos antes que Cultura, quizá sea porque interesa que pensemos".

"Si ya es difícil encontrar trabajo ahora, imagíntate con los recortes", agrega la vicepresidenta de la AAAPIB.

Por lo que se sabe hasta la fecha, el mayor reajuste vendrá de la mano del Govern balear, lo que provoca "cierta inquietud" dentro de la Asociación Balear de Empresas Productoras de Teatro, ya que esta institución es la encargada de impulsar la proyección exterior de la cultura de esta comunidad.

"Podríamos quedarnos aislados", lamenta Pere Mestre, presidente de una asociación que no piensa quedarse cruzada de brazos: "Seguiremos luchando, tratando que no nos afecte de un modo decisivo".

La solución, para Mestre, pasa por "programar espectáculos de calidad, que funcionen", y seguir confiando en el público, "porque el público nunca falla y es el que nos llena los teatros", al margen de recesiones económicas, ya que "la gente, en tiempos de crisis, necesita divertirse".

"La proyección exterior resulta muy costosa, así que sin ayudas institucionales tendremos que apostar por obras de pequeño formato y por reciclar escenografía y vestuario", indica Mestre.

Hace unos días, Joan Arrom, gerente del Teatre Principal de Palma, reconocía un recorte presupuestario del 15 por ciento, una medida que les obligará a programar "menos funciones", derivar la producción propia a la coproducción y potenciar el uso de la Sala Petita.

"El Principal –sostiene Mestre– tendría que asumir el papel de teatro público. Arriesgar más y no intentar exclusivamente ir a ganar dinero en taquilla con obras comerciales. ¿Por qué no programan obras toda una semana, provocando el boca a boca, y no sólo funciones de un día, con muchas invitaciones", se pregunta.

"La imaginación y el ingenio serán nuestras armas ante la crisis", afirma Tomeu Amengual, gerente del Teatre Municipal de Manacor y director de la Fira de esta localidad, un encuentro que "se verá afectado por los recortes" ya que funciona "con una parte importante de subvenciones" supramunicipales.

"Nos tendremos que espabilar, buscar nuevas fórmulas, pero sin olvidar que la aportación del público representa un 30 por ciento del coste total de la Fira de Teatre de Manacor", recuerda Amengual.

Entre las compañías de Balears sobre decir que la preocupación y el malestar se ha disparado. Por ejemplo, Iguana Teatre, grupo que en 2009 ofreció un total de noventa representaciones fuera de la isla, se podría ver obligado a reducir "a prácticamente la mitad el número de salidas".

Elena Cañellas, gerente de la compañía responsable de espectáculos como El malalt imaginari o La mort de Vassili Karkov, reconoce que si el Govern desatiende la proyección exterior "nos pondrá las cosas muy complicadas", ya que girar por la Península "nos cuesta un 20 por ciento más que cualquier otro grupo".

"Hemos llegado a una situación extrema. Cada vez vamos a peor. Acabamos y empezamos el año haciendo números", espeta la gerente de Iguana Teatre.