El presidente del Congreso, José Bono, ha defendido hoy la reforma del aborto pese a su convicción católica y ha criticado a los religiosos que se oponen a ella con "posiciones condenatorias y de agresividad" pero que durante los gobiernos del PP "aceptaron mansamente" la aplicación de la anterior normativa.

Bono ha publicado esta opinión en el diario El País en una carta abierta titulada "Aborto: ni derecho ni obligación", justo el día en el que el pleno del Congreso debate y vota las enmiendas a la totalidad al proyecto de ley orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.

Una votación a la que Bono no se puede enfrentar, sostiene en su opinión, "como si de una ley sobre seguros agrarios se tratara", porque "al votar una ley sobre el aborto mi conciencia me interpela".

Bajo su punto de vista, el feto es "más un alguien que un algo", un valor constitucional que hay que defender, y "en el núcleo de mis convicciones éticas y religiosas está la defensa de la vida y el amparo al más débil, valores que son patrimonio de la tradición humanista y progresista española".

"Sin embargo, el aborto es también una realidad, y la experiencia nos dice que su prohibición en cualquier circunstancia, además de acarrear graves e indeseadas consecuencias, sólo ha logrado su práctica clandestina", añade.

Por eso, "ante esta realidad, el legislador responsable no debe mirar a otro lado", y apunta que el aborto "no debe presentarse como un asunto ideológico sino de conciencia, y debe plantearse con serenidad, de manera que nos permita atribuir a quienes discrepan la misma presunción de buena fe que nos concedemos a nosotros mismos".

Recuerda que la Iglesia católica, en su Encíclica Evangelium Vitae número 73, acepta que un parlamentario "pueda lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley (aborto) y disminuir así los efectos negativos".

En este sentido, Bono entiende que son "contradictorias con esta disposición papal", además de "chocantes socialmente", las "posiciones condenatorias y de agresividad actual de aquellos religiosos españoles que, durante los ocho años que gobernó el PP, aceptaron mansamente la aplicación de la ley de aborto aprobada en 1985".

José Bono defiende el proyecto de ley del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero alegando que la actual ley de 1985 "ha dado cobertura, por su ambigüedad, a un excesivo número de abortos" y su falta de concreción en el tercer supuesto en el que permite interrumpir el embarazo -el de la salud psíquica de la mujer- "ha provocado abusos escandalosos".

"¿Es esta normativa la que hay que preservar? Evidentemente no", asevera.