La Grand Place de Bruselas acoge durante este fin de semana la ya tradicional feria de la cerveza, una cita que reúne unos 270 tipos de esta bebida, seleccionados entre el medio millar que se fermenta en el país.

Aunque los mejillones con patatas fritas y el chocolate han dado a conocer la gastronomía belga en todo el mundo, la cerveza será el producto estrella hasta mañana, cuando la undécima edición de la feria cerrará sus puertas hasta el año que viene.

De este modo, los curiosos que se acerquen hasta el centro de la capital europea podrán disfrutar de las tradicionales cervezas de abadía o la pils, pero también descubrir sabores nuevos, como los de las cervezas afrutadas.

"Todas las cervezas belgas son especiales", explicó a Efe el maestro cervecero, Krishan Maudg, quien añadió que en Bélgica existe una "cultura de la cerveza, al igual que en Francia existe la del vino".

Así, el año pasado acudieron a la cita más de 60.000 personas, cifra que los organizadores esperan superar este año gracias, en gran parte, a los turistas que durante estas fechas visitan Bélgica.

"El sabor es distinto", dijo a Efe uno de los muchos visitantes españoles que se ha encontrado con el certamen y que no quiso desaprovechar la oportunidad de descubrir la cerveza belga.

"Quizá tienen un poco más de nivel que en España, pero los precios son más caros", añadió rodeado de sus amigos.

Las cervezas belgas son muy alcohólicas, de entre 8 y 10 grados, con un sabor "más complejo" que una lager -de fermentación baja y la más popular en España-, aclaró Maudg.

Por ello, en la Grand Place se ha instalado un puesto en el que se realizan test para que aquellos que deseen conducir sepan el índice de alcohol que tienen en sangre, todo para evitar que esta fiesta se vea enturbiada innecesariamente.

No obstante, existen cervezas de menor graduación gracias a la gran segmentación del mercado, lo que hace que haya "un tipo de cerveza para cada ocasión", recalcó el maestro cervecero.

Además de recorrer los 30 puestos, los amantes de la cerveza podrán participar en degustaciones, disfrutar de música en directo o presenciar los desfiles con las tradicionales carretas de caballos que repartían la cerveza a principios de siglo.