El príncipe regateaba para divertirse, hoy lo hace porque sus paisanos ansían certidumbres contra la vulnerabilidad recién inaugurada. En cuatro días se ha paseado por Mallorca en blanco y negro, todos los colores del luto. "Felipe patronea la nave" es sólo uno de los titulares tranquilizadores que acotan y agotan las metáforas náuticas. Cuesta exponerse con normalidad cuando un comando anda suelto, pero la procesión va por fuera para que la sonrisa surja de dentro. Contra el miedo, la ubicuidad en calma.