–¿Qué tiene Mónaco, donde reside actualmente, que no tenga Mallorca, donde vivió durante diecisiete años?

–Me marché por un cúmulo de circunstancias. Pero en Mallorca fui muy feliz con mi familia y mis hijos. Guardo muy buenos recuerdos y por eso siempre paso los veranos en la isla.

–¿Cuándo le dedicará a la isla uno de sus libros?

–Mallorca siempre está presente. Hay libros en los que aparecen campos de golf de la isla y mallorquines que han jugado conmigo.

–¿Hemos destrozado la isla que descubrió?

–La isla aún conserva cosas buenas, como su interior, y tiene otras negativas, como el excesivo tráfico. Mi mujer, que conoció otra Palmanova, sí que siente nostalgia.

–¿La nostalgia influye en el dibujo?

–En Lima aprendí que hay que tener la nostalgia del lugar donde se está y disfrutar el momento presente. Hoy tengo la nostalgia de Mallorca. Yo soy argentino, pero mi país es la Tierra. Mis dibujos pueden pasar en cualquier parte del mundo, incluso en China, donde tengo publicados quince libros.

–¿Todos nos reímos de las mismas cosas?

–Sí, pero a veces lo interpretamos de distinta manera. Mi dibujo más político, utilizado por publicaciones de izquierda y de derecha, se me ocurrió un día que yo estaba en un tren, en Inglaterra, y observé una de esas urbanizaciones típicas donde todas las casitas son iguales, y pensé: qué bonito sería hacer en medio de todas las casitas grises una de color diferente. En el dibujo, al tipo que pinta la casa se lo lleva preso la policía. Lo hice por instinto, por el grafismo, pero después me di cuenta que estaba haciendo un alegato contra un sistema totalitario. Ese dibujo me lo ha pedido Amnistía Internacional y lo han publicado en la tapa de un libro en China, increíble. Ellos lo miran de otra manera, piensan: "Que se fastidie por rebelarse contra el sistema".

–¿Qué aprendió en su etapa americana?

–Siempre quise irme a los Estados Unidos a hacer dibujo animado, así que con quince años me puse a estudiar inglés, con ese objetivo en la cabeza. Trabajé para películas como La pequeña Lulu y Popeye, pero me desilusioné. Era una animación muy limitada y a mí me tiraba Europa. Yo podría ser ahora un gran animador, pero nadie se enteraría. ¿Quién conoce al dibujante que creó a Micky Mouse? No fue Walt Disney. Él mismo reconoció que era un dibujante mediocre. No creó ninguno de sus personajes. A Micky lo bautizó su mujer y lo dibujó su asistente. Lo que fue Disney fue un gran director de dibujantes.

–¿Por qué ya no dibuja para la prensa?

–Trabajé para la prensa porque quería hacerme un nombre. Ahora prefiero publicar libros. Soy más periodista que dibujante. Yo publico ideas. En el Solleric expondré los originales, pero no los venderé. Hace 42 años que publico, he hecho más de 1.800 dibujos en color y he seleccionado 150 para esta exposición, que irá desde mi infancia hasta mis últimos trabajos, en acrílico. Para mí es un misterio que tenga ganas de dibujar siempre, y aún ahora, que voy a cumplir 77 años y tengo el mismo entusiasmo que con veinte años. Me asombro.

–¿En qué gana Buster Keaton a Chaplin?

–Keaton es más auténtico, más puro, manipula menos los sentimientos. Mi humor está más próximo a Keaton.

–¿Messi es una caricatura de Maradona?

–La diferencia entre Messi y Maradona es la velocidad, la del primero, y que tiene la cabeza mejor puesta. La diferencia entre Maradona y yo es que él se cree Dios y yo soy agnóstico. Yo creo en la gente, eso lo escribo en el catálogo.

–¿Cuándo usted dibuja es tan eléctrico como Messi al driblar?

–Yo soy muy lento. En mis dibujos no hay nada espontáneo, todo es milimetrado.

–¿Balears puede presumir de humoristas gráficos?

–Tengo una buena relación con Pau de DIARIO de MALLORCA. Posiblemente tendría que hacer lo que hice yo, irse, para que medir su talento, que es mucho.

–¿Qué tienen en común los animales y los políticos?

–Un francés hacía caricaturas de políticos con cabezas de animales. El animal se iba transformando en político, la comparación era perfecta.

–En una ocasión le puso texto a uno de sus dibujos.

–Hice una catedral vacía y en medio de ella, una monjita con un cura, ambos de la mano. Y baja un rayo de luz sobre ellos y la monjita mira al rayo y dice: "Cielos, mi marido". Creo que nadie se ofendió.

–¿Qué significa para usted el humor?

–El humor es la ternura del miedo. Si viviera en un mundo feliz, sin sufrimiento, no haría humor. El humor me sirve para escaparme de este mundo. Me gusta compartir cierto optimismo, aunque cada vez lo veo peor.